Romanza sin palabras

Sofía Tolstaia tenía 18 años cuando conoció a Lev Tolstói de 34 años. Se casaron 15 días después. No resultó ser un buen matrimonio para Sofía (aunque supongo que para Lev sí lo fue). La primera noche del enlace la dejo en el dormitorio obligándola a leer los diarios de sus anteriores aventuras. Se suponía que así la pobre Sofía se haría idea del carácter de él. Tuvieron 13 hijos (4 de ellos murieron), a pesar de que al nacer creo que el 8. el médico recomendó que no tuvieran más (a estas alturas la vida de Sofía estaba en peligro) a Lev le importó poco y se negó implementar cualquier medida de seguridad. Ojalá fuera ya todo, pero hay más: Tolstói es muy conocido por sus ideas en contra de tener servidumbre. Parece una idea noble, ¿no? Pues no, porque al deshacerse de casi todos los sirvientes todas las tareas de esos le cayeron encima a Sofía, quién ya copiaba a mano múltiples veces los manuscritos de su marido y se ocupaba en exclusiva de la educación de todos sus hijos. La guerra y paz la copio 7 veces. A MANO. Y después de todo esto va Tolstói, crea una secta, justo antes de morir huye de casa e intenta dejar todo el dinero y los inmuebles a la secta dejando a Sofía sin nada 😳 Pues eso. La mujer fue una mártir. Y a pesar de ello consiguió escribir dos novelas (en realidad fueron 3, pero la primera la quemó por la mala opinión de Lev) y diarios. Y la editorial Xordica nos trae ambas, "¿De quién es la culpa?" y "Romanza sin palabras". Y hoy os quiero hablar de esa segunda.
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Sasha y Piotr son un matrimonio apacible, pero sin pasión. Tienen un hijo, Aliosha y gustos e intereses muy opuestos. A Sasha le apasiona la música, pero Piotr es más sencillo, en su tiempo libre se dedica tan solo a la jardinería. Cuando la madre de Sasha enferma y muere, Piotr, a pesar de estar preocupado, no sabe como ayudar a su mujer y esta se hunde en una grave depresión. Y tan solo ve algo de luz al oír la interpretación de la Romanza sin palabras de Mendelssohn tocada por un vecino desconocido. Sasha se deja llevar por la música y poco a poco revive, pero de repente lo que fue un consuelo se vuelve un gran tormento. 
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Al leer esta novela no me queda ninguna duda de que Sofía tenía un gran talento que quedo a la sombra y de su marido. Lo más destacable de este texto es la manera de expresar los sentimientos: el duelo, la pasión, la desesperación, todo esto lo sentimos junto a la protagonista. Las descripciones, para nada extensas, de la sociedad y de manera de vivir nos dejan imaginarnos a la perfección la vida en aquella época. Es una novela realista psicológica bastante ágil. Tengo que admitir que su estilo no se puede comparar con la maestría Tolstói, no llega a este nivel de maestría, pero no olvidemos que Sofía no tuvo ni tiempo ni libertad de expresión de su marido y que tan solo escribió dos textos. Estoy convencida que teniendo las mismas posibilidades que su marido podría haberse convertido en un símbolo de su época al igual que él. 
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Una lectura más que recomendable. Gracias a Xordica y a masa crítica de Babelio por haberme enviado el libro.

La verdad es que esperaba algo más del libro y aunque la sinopsis es totalmente lo que hay en el contenido esperaba bastante más de lo que me he encontrado.

Se me ha hecho un poco cuesta arriba la lectura ya que tenía muchas descripciones y daba muchas vueltas a las cosas sin llegar a ninguna parte en concreto.

Otra cosa que me ha llamado la atención es que durante todo el relato se dirigen a los personajes constantemente por el nombre y apellidos y eso era realmente molesto, vale que se llamen por el nombre o por el apellido, pero por ambos todo el tiempo se me hizo irritante.

Sasha pierde a su madre y con ella se le va la alegría y las ganas d vivir. Su marido, un amante de la horticultura y el mundo vegetal intenta darle consuelo pero no sabe como ayudarla y se le ocurre alquilar una villa pequeña y solitaria en plena naturaleza. Allí, junto a su hijo pasan los días de verano hasta que casualmente descubren que en una casita cercana hay un compositor de piano. Sasha que es amante de la música crea un fuerte vínculo con él pero llegado el momento de volver a las rutinas Sasha se da cuenta de que está enamorada y que nunca podría estar con él ya que él no ha dado ningún indicio de nada y aunque lo hubiera hecho tampoco podría ya que su marido es demasiado bueno para que ella lo falle de ese modo. Ella, muy fiel debota, contempla la posibilidad de encerrarse en un convento pero decide intentar olvidarlo y no sucumbir a la tentación. Después de un tiempo intentando una relación exclusivamente musical con él ella empieza a ponerse celosa de que esté muy ocupado y no tenga tiempo para ella así que con esa mezcla de celos y pena empieza q perder la cordura y a enloquecer. Como termina la historia lo dejo para los que la quieran leer.

Romanza sin palabras (Sofía Tolstaia)

Sasha acaba de perder a su madre y eso hace que se encuentre inmersa en uno de los momentos más tristes de su vida. Se siente sola e incomprendida por su marido, quién es un gran amante de la jardinería y es incapaz de consolar a su mujer.
En ese momento aparece en su vida ivan Ilich, un talentoso pianista y músico que pondrá su vida patas arriba.
La interpretación de Romanza sin palabras provocará en ella una inesperada felicidad y unas ganas inmensas de vivir y de seguir adelante.
Todo ésto sin duda es una proyección de su propia historia, ya que Sofía fue esposa del escritor ruso Lev Tolstói, con quien se casó cuando tenía 18 años y el 34. Cuando contrajo matrimonio de dedicó al cuidado de su esposo y de sus trece hijos. Durante este tiempo renunció a su producción literaria aunque sí que transcribió los manuscritos de su marido.

Sofía y Lev tenían una relación de celos y tensiones constantes. Cuando ella estaba pasando el duelo por la pérdida de un hijo apareció en su vida el músico Serguéi Ivánovich Taneiev con quien tuvo una larga y compleja amistad. Alentada por el amor profundo e incondicional que ambos sentían por la música.

Un libro complejo, intenso sobre la pasión, el sentido del deber y el poder sanador de la música.
Es la segunda novela de la autora y sin duda otro ejemplo de una autora injustamente olvidada que merece visibilidad.

Querida, queridísima Sofía:

Cuánto dolor y sufrimiento. Qué desasosiego me causas siempre y qué inútil me haces sentir al no poder hacer nada para mitigar tu sufrimiento.
Sabes que me encogiste el alma con "¿De quién es la culpa?" y (no importa cuál me gusta más o menos, no es lo importante) has vuelto a hacerlo. La misma mujer sensible, amante de la música (no importa que sea otra en realidad), la misma rutina, la misma incomprensión. Dolor. Búsqueda de una salida. Y una vez más, el fracaso.