Mestas Ediciones

Qué importante es en los clásicos no dejarse llevar sólo por la belleza de una edición y fijarse, en primer lugar, en una buena traducción (lo dice quien ha caído bastantes veces en el error). Así que mi edición elegida para la relectura fue la de Belvedere (manuscrito original antes de "la autocensura") traducido por el mejor traductor del S.XIX en inglés que me he topado: Miguel Ángel Pérez (que, además, solía deleitarnos con un montón de anotaciones y aclaraciones que ayudan en la lectura de modo ameno sin entorpecer). Qué placer ha sido navegar por las páginas de este libro. El genio de Wilde una vez más puesto al servicio de una historia adelantada a su tiempo y llena de una crítica tan elegante que puede llegar a pasar desapercibida.

Años después varias personas te hablan de ese picaruelo tan nuestro llamado Lázaro de Tormes y te sientes en la obligación de una relectura.



¿Seguirá conservando su frescura? ¿Seguiré riendo? ¿Me parecerá ahora simple y trasnochado? Sabéis que no suelo tener problema en releer, pero hay libros que sí me hacen pensar que tal vez no sea buena idea.



Sigo adorando esa parte con el ciego, tan nuestra, tan sardónica, tan llena de picardía por ambas partes, tan impregnada por ese espíritu de supervivencia que aviva el ingenio. Siempre ha sido mi favorita y sigo riendo a mandíbula batiente. Desde el episodio de las uvas al del vino pasando (o no) por el paso del río.



Es cierto que a medida que van pasando las compañías de Lázaro me van interesando menos (al autor también, que acorta cada vez más las páginas dedicadas a ellos), pero todo vuelve a cobrar interés cuando nuestro muchacho contrae nupcias.





Una gran, gran historia.

“Debería haber entendido que tal irritación contra las circunstancias y las personas reforzaba su enfermedad y que, por tanto, habría sido mejor no prestar atención a los incidentes desagradables, pero él hacía el razonamiento contrario” ~ La muerte de Iván Ilich de Lev Nikoláievich Tolstói.



Iván Ilich, juez reconocido, se ha muerto. Ahora cabe preguntarse quién ocupará su lugar, en el trabajo y cómo su partida afectará a su familia. Para hacernos una idea Tolstoi nos presenta al joven Iván y su vida hasta el desenlace final; pasamos por su juventud, boda y vida como padre de familia hasta su enfermedad y cómo esta se vive en la familia.



Con relación a este punto, cuando en una familia alguien cae enfermo solo hay dos posibilidades: cerrar filas en torno al enfermo y ayudarle a llevar su mal, o hacer como que no pasa nada y ya se las ira arreglando. ¿Qué ha hecho la familia de Iván? Este es el quid de la cuestión y el quid de la historia y si queréis resolver dudas solo tenéis que leer este libro. Es de fácil lectura y no llega a las 100 páginas y, ¿qué queréis que os diga?, descubrir a los rusos en breves relatos siempre es mejor que lanzarse de golpe a esos tochacos que escriben que me imponen hasta a mi.



Este libro no es que me haya hecho wow pero tampoco me ha disgustado. Vamos, que ni frío ni calor.