¡Oh, capitán!, ¡mi capitán! de Walt Whitman
Abarca los mundos, pero no intentes nunca abarcarme a mí, reúno lo más delicado y lo mejor que tienes con solo mirarte. |
¡Oh, capitán!, ¡mi capitán! de Walt Whitman
Abarca los mundos, pero no intentes nunca abarcarme a mí, reúno lo más delicado y lo mejor que tienes con solo mirarte. |
Hojas de hierba de Walt Whitman
Te doy mi amor, más preciado que el dinero; te doy mi ser, antes que el sermón o la ley. ¿Me darás tu ser? ¿Harás este viaje conmigo? ¿Estaremos juntos mientras vivamos? |
Hojas de hierba de Walt Whitman
Esto es, pues, la vida. He aquí lo que ha salido a la superficie después de tantas angustias y convulsiones. |
Hojas de hierba de Walt Whitman
No os avergoncéis, mujeres: vuestro privilegio abarca a los otros, y es el origen de los otros; vosotros sois las puertas del cuerpo, y también las puertas del alma. |
Hojas de hierba de Walt Whitman
Oh, tú, al que a menudo me acerco en silencio, allí donde estés, para estar contigo, cuando paso a tu lado, o me siento junto a ti, o me quedo en tu misma habitación, qué poco te imaginas el fuego, eléctrico y sutil, que has desatado en mi interior. |
Hojas de hierba de Walt Whitman
A veces, me lleno de ira con el que amo, por miedo a profesar un amor no correspondido, pero ahora creo que no hay amor que no sea correspondido: la retribución es segura, de un modo u otro (amé a alguien con ardor, y mi amor no fue correspondido, pero gracias a eso he escrito estos cantos). |
Canto a mí mismo de Walt Whitman
Yo soy el que riega las raíces de todo lo que crece, y la prueba de quién soy la llevo yo en mi rostro; lo que diga sobre mí, debes tú señalarlo como tuyo, porque sólo lo que nadie puede negar existe.
|
Hojas de hierba de Walt Whitman
¡Oh, capitán! ¡Mi capitán! Nuestro espantoso viaje ha concluido, El barco ha sorteado todos los escollos, el precio que pedimos lo hemos ganado, El puerto está a la vista, escucho las campanas, todo el mundo se exulta, Mientras que las miradas siguen la firme carena, el valiente y audaz navío. Pero, ¡Oh corazón, corazón! ¡Oh, las sangrientas gotas rojas, Allí sobre el puente donde yace mi capitán, Tendido, helado y muerto. ¡Oh, capitán! ¡Mi capitán! Levántate y escucha las campanas; Levántate; para ti la bandera se ha izado; para ti el clarín resuena...
|
Hojas de hierba de Walt Whitman
(¡ven, dulce muerte!, ¡déjate persuadir, oh, muerte hermosa!, ¡ven pronto, por piedad!). |
Hojas de hierba de Walt Whitman
[...] llegaste tú, taciturno, sin nada que ofrecer. Pero nos bastó mirarnos para que, fíjate, me dieras más que todos los regalos del mundo.
|
Hojas de hierba de Walt Whitman
¡Ciudad orgullosa y apasionada! ¡Ciudad fogosa, enloquecida, extravagante! ¡Levántate, oh, ciudad! No sólo por la paz, sino por lo que eres realmente: belicosa. No tengas miedo: no te sometas a ningún modelo, salvo al tuyo, ¡oh, ciudad! Mírame: ¡encárname como yo te he encarnado! Nunca he rechazado nada de lo que me has ofrecido; a quien tú has adoptado, yo lo he adoptado. Buena o mala, nunca te cuestiono: todo me gusta; nada condeno [...] |
Hojas de hierba de Walt Whitman
Sigo, paro, con rodillas flexibles y pulso firme vendo las heridas, soy enérgico con todos, las punzadas de dolor son agudas pero inevitables. Uno vuelve a mí sus ojos suplicantes, ¡pobre chico! No sé quién eres, pero creo que, en este momento, no me negaría a morir por ti, si eso pudiera salvarte. |
Hojas de hierba de Walt Whitman
[...] espíritu de horas que he conocido, con rojez febril un día y pálidas como un cadáver el siguiente, tócame la boca antes de partir, ciérrame los labios, entrégame la cólera de tus latidos, infúndela en mí, cólmame de corrientes convulsas [...] |
Hojas de hierba de Walt Whitman
Vuélvete, pues, y no te alarmes, oh, Libertad, vuelve el rostro inmortal al futuro, que es mayor que el pasado, y que se apresta, con premura y convencimiento, a recibirte. |
Hojas de hierba de Walt Whitman
[...] y sufriendo dolorosas derrotas, y numerosas crisis, a menudo confusos, seguimos marchando, siempre adelante, seguimos haciendo la guerra; sí, aquí damos expresión a batallas aún más encarnizadas, aún más decisivas. |
Hojas de hierba de Walt Whitman
[...] la guerra (aquella guerra encarnizada y sangrienta que me he propuesto olvidar) fuimos tú y yo; lo natural y lo artificial somos tú y yo [...] |
Hojas de hierba de Walt Whitman
Por las tierras, y por estos días apasionados, y por mí, me refugio ahora un momento en ti, oh, tierra de los campos de otoño, me reclino en tu pecho, me entrego a ti, respondo al latido de tu ecuánime corazón [...] |
Hojas de hierba de Walt Whitman
(¡Alma de amor y lengua de fuego! ¡Ojo que penetre en las profundidades abismales y abarque el mundo! Ah, Madre, prolífica y plena en todo lo demás, aunque ¿hasta cuándo estéril, estéril?) |
Hojas de hierba de Walt Whitman
Veo donde la Madre de Todo se detiene largamente, y mira con los ojos muy abiertos, y cuenta lo mucho y diverso que se ha cosechado. |
Hojas de hierba de Walt Whitman
[...] de toda la tierra, su corazón es el más lleno de dolor, porque es el más lleno de amor.
|
Gregorio Samsa es un ...