Nadie en esta tierra de Víctor del Árbol Romero
A veces, buscando las raíces uno acaba encontrando la tierra.
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Nadie en esta tierra de Víctor del Árbol Romero
A veces, buscando las raíces uno acaba encontrando la tierra.
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Nadie en esta tierra de Víctor del Árbol Romero
Pero cuando la vida se presenta con su brutal simplicidad nos muestra que no tenemos nada especial, que no estamos llamados a cumplir un destino heroico. No hay una razón superior que explique por qué nacimos, como no sea que estamos aquí y podríamos no estar, sin que cambiara absolutamente nada.
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Nadie en esta tierra de Víctor del Árbol Romero
La memoria ensancha o acorta a su gusto lo que quiere recordar y lo que prefiere olvidar.
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La víspera de casi todo de Víctor del Árbol Romero
Ese es uno de los privilegios de envejecer: guardar secretos y complicidades con quien amas.
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La víspera de casi todo de Víctor del Árbol Romero
La gente debería aprender a ponerse en paz consigo mismo y con sus vicios. Una persona que niega lo que es no puede ser feliz de ningún modo.
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La víspera de casi todo de Víctor del Árbol Romero
La clemencia solo puede mostrarse con aquel del que nada temes.
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La víspera de casi todo de Víctor del Árbol Romero
- La memoria no tiene remedio... - Te equivocas, Oliverio. Lo que no tiene remedio es el pasado. Pero la memoria es una forma de inventar el presente. |
El hijo del padre de Víctor del Árbol Romero
Olvidar es lo que se hace en una guerra, tanto lo bueno como lo malo, es lo que permite seguir sumando días a las semanas.
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El hijo del padre de Víctor del Árbol Romero
Escribir es una forma de ordenar y de dar sentido a aquello que no lo tiene; acotamos el infinito en unos corchetes de tiempo.
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El peso de los muertos de Víctor del Árbol Romero
Cuando lo sacaron al exterior nevaba un poco. Tuvo que cerrar los ojos porque la luz lo cegaba. Se escuchaba el murmullo del viento levantando la nieve recién caída y las ramas secas de los árboles crujían con el peso de los carámbanos
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La víspera de casi todo de Víctor del Árbol Romero
Ningún hombre tendría que morir lejos de sus montañas, de sus ríos, de sus recuerdos. Morirse en tierra extraña es morirse para nada.
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Por encima de la lluvia de Víctor del Árbol Romero
Algunas vidas solo se rozan en un momento mágico para no volver a unirse.
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Respirar por la herida de Víctor del Árbol Romero
Madrid está llena de naúfragos, ¿no te parece? Las olas de su mar invisible arrojan cada día a cientos de desesperados a sus orillas, están por todas partes. Para mí, esto es una especie de arca de Noé. Además, todos tenemos algo que hacernos perdonar y aquí eso parece posible.
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La tristeza del samurái de Víctor del Árbol Romero
La intransigencia se hace callo, cicatrizan en falso todos los rencores y las decepciones, los reproches y los enfrentamientos y ya no hay manera sincera de romper ese silencio ni esa distancia infinita, ni siquiera después de muertos, ni siquiera en el recuerdo.
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La tristeza del samurái de Víctor del Árbol Romero
No son los sitios los que se pierden en nuestra memoria, sino lo que llevamos dentro.
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La tristeza del samurái de Víctor del Árbol Romero
No lo entiendes. Tú ya estás condenado, con juicio o sin él. Alguien te ha elegido como cabeza de turco, y eso es irrevocable.
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El peso de los muertos de Víctor del Árbol Romero
Soy quien soy por nuestra historia, Soy quien soy por tu memoria.
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El peso de los muertos de Víctor del Árbol Romero
“Es mejor tener la solución o vivir en la ignorancia?
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Por encima de la lluvia de Víctor del Árbol Romero
Un hombre es su pasión, amiga mía, la más íntima de ellas. Lo demás es pura carcasa.
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El hijo del padre de Víctor del Árbol Romero
Somos lo que contamos de nosotros mismos, y en el relato somos mejores que en la vida
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