La noche era terciopelo de Silvia Moreno-García
Ella se sonrojó de nuevo y se imaginó que a estar alturas él pensaría que era una completa tonta. Pero no era algo que hiciera con regularidad. Estaba enfadada consigo misma por no tener la compostura de las mujeres de las historietas que leía, por no ser una dama sofisticada. En cambio, era una soltera estúpida y llorona.
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