La noche era terciopelo de Silvia Moreno-García
Maite ya se imaginaba el pastel y el glaseado rosa en el que diría con letras grandes "Maite, feliz cumpleaños". No quería que le recordaran su edad. A principios de mes, se había encontrado una cana. No podía estar encaneciendo todavía. No podía tener treinta años. No sabía a dónde se habían ido sus veinte. No podía recordar lo que había hecho durante esos años. Maite no podía nombrar ni un solo logro digno.
|