Noah de Sebastian Fitzek
¿Cuál es tu propuesta? ¿Esperar a que los ricos despierten y cambien sus vidas? Eso no sucederá. Jamás.
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Noah de Sebastian Fitzek
¿Cuál es tu propuesta? ¿Esperar a que los ricos despierten y cambien sus vidas? Eso no sucederá. Jamás.
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Noah de Sebastian Fitzek
Si han estado siguiendo las noticias, sabrán que se ha tardado meses en desarrollar un medicamento eficaz, en parte porque todos hemos zampado tanta carne contaminada con antibióticos que hemos desarrollado anticuerpos resistentes; pero, eh, las alitas de pollo lo valían, ¿verdad?
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Terapia de Sebastian Fitzek
Los pacientes desviaban la mirada de la suya en cuanto se ponían tensos y querían describir un acontecimiento importante con la mayor precisión. O cuando mentían. |
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El experimento de Sebastian Fitzek
Una crisis es como un cuchillo afilado que sirve para cortar fruta; pela la piel de fuera y deja al descubierto el interior; el estado primitivo, sin forma, que generalmente posee un marcado instinto donde la supervivencia domina la moral.
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El experimento de Sebastian Fitzek
Dicen que las personas sólo reconocen su verdadero yo cuando se enfrentan a situaciones extremas, en esos momentos en que las condiciones no hacen posible que se pueda actuar según los valores enseñados, se haga presente el condicionamiento de muchos años adquirido a través de los padres, la escuela, los amigos y la relación con otras personas externas.
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El retorno de Sebastian Fitzek
El niño nunca había necesitado su ayuda. Había sido justamente lo contrario.
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El experimento de Sebastian Fitzek
00:26 horas, Nochebuena. Tres horas y doce minutos antes del miedo.
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El experimento de Sebastian Fitzek
Su mirada, que había estado tan vacía hasta entonces, se había intensificado, como si quisiera concentrarse en clavar un clavo en la pared
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Asiento 7A de Sebastian Fitzek
Toda persona carga en su interior con la facultad de matar. Por suerte solo unos pocos poseen la suficiente falta de escrúpulos para encontrar en otros ese punto psíquico más bajo.
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El sonámbulo de Sebastian Fitzek
Esta vez había conseguido arrancarse de los brazos de su pesadilla sin necesidad de patalear ni gritar. Sabía que una de cada dos personas había tenido experiencias similares a la suya y se había visto atrapada en aquel mundo oscuro, entre la vigilia y el sueño. Un mundo de sombras rodeado de guardianes que sólo podían ser ahuyentados con suma fuerza de voluntad. O a través de algún fenómeno discordante procedente del exterior.
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El sonámbulo de Sebastian Fitzek
Continuó gritando hasta que el personal de seguridad entró por fin para sujetarlo. Pero habían tardado demasiado en llegar. Cuando los médicos irrumpieron en la habitación, el paciente ya se había tragado la pila. |
El sonámbulo de Sebastian Fitzek
Sus palabras sonaban como si se las hubiese estudiado; como si no fueran sinceras. Y, efectivamente, Suzan se las había estudiado y no creía en ellas de verdad. Sin embargo, en muchas ocasiones había conseguido ganar un tiempo precioso usando expresiones vacías. Esta vez no.
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El experimento de Sebastian Fitzek
Parecía ser algo insignificante, como el trozo de papel que utilizan los niños con un tirachinas para poderlo lanzar por toda la clase. Los habilidosos dedos del psiquiatra empezaron a temblar al desplegar la pequeña y desalentadora nota que había sido doblada por la mitad.
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El experimento de Sebastian Fitzek
—Maldita sea, sus pupilas apenas reaccionan a la luz. Parece que no pueda vernos ni escucharnos. Se encuentra en estado catatónico, posiblemente en coma.
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El experimento de Sebastian Fitzek
Afortunadamente todo había sido un sueño. No estaba desnuda ni sus piernas estaban atadas a aquella vieja silla de ginecología, mientras un loco perturbado ordenaba sus instrumentos quirúrgicos encima de una mesa oxidada.
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El pasajero 23 de Sebastian Fitzek
Los psicólogos de la policía ya lo habían examinado cuatro veces. Cuatro veces ya habían concluido que no había superado el suicidio de su mujer... Y mucho menos el hecho de que antes hubiera acabado con la vida del hijo de ambos. Cuatro veces recomendaron que le dieran la jubilación anticipada, porque una persona que ya no le encuentra sentido a la vida asumiría riesgos irresponsables estando de servicio. Cuatro veces habían tenido razón.
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El pasajero 23 de Sebastian Fitzek
El «doctor», como le gustaba llamarse aunque nunca había cursado el doctorado, se pasó el dorso de la mano por la frente. Es verdad que así se limitó a extender las salpicaduras que le habían alcanzado, lo que quizá resultaba bastante asqueroso, pero al menos esta vez no le había caído nada de ese caldo en los ojos; como el año anterior durante el «tratamiento» a la prostituta, tras el cual se había pasado seis semanas con miedo de haberse contagiado el VIH, hepatitis C o cualquier otra porquería.
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Terapia de Sebastian Fitzek
No lo soporté. He muerto. De la manera más cruel que usted pueda imaginar.
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Noah de Sebastian Fitzek
Todas las mentiras se convierten en verdades con las que tendremos que vivir en algún momento.
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Gregorio Samsa es un ...