El sonámbulo de Sebastian Fitzek
Esta vez había conseguido arrancarse de los brazos de su pesadilla sin necesidad de patalear ni gritar. Sabía que una de cada dos personas había tenido experiencias similares a la suya y se había visto atrapada en aquel mundo oscuro, entre la vigilia y el sueño. Un mundo de sombras rodeado de guardianes que sólo podían ser ahuyentados con suma fuerza de voluntad. O a través de algún fenómeno discordante procedente del exterior.
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