Siete casas vacías de Samanta Schweblin
Pero algo no funcionaba: todo seguía adelante. Por qué, si sus intenciones eran tan claras, su cuerpo volvía a despertarse cada día. Era algo insólito y cruel,
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Siete casas vacías de Samanta Schweblin
Pero algo no funcionaba: todo seguía adelante. Por qué, si sus intenciones eran tan claras, su cuerpo volvía a despertarse cada día. Era algo insólito y cruel,
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Siete casas vacías de Samanta Schweblin
Lola sospechaba que su vida había sido demasiado larga, tan simple y liviana que ahora carecía del peso suficiente para desaparecer. Había concluido, al analizar la experiencia de algunos conocidos, que incluso en la vejez la muerte necesitaba de un golpe final
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Siete casas vacías de Samanta Schweblin
Quería morirse, pero todas las mañanas inevitablemente, volvía a despertarse
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Kentukis de Samanta Schweblin
"Y entonces lo entendió: no quería seguir viendo a desconocidos comer y roncar, no quería volver a ver ni un solo pollito gritando de terror mientras el resto lo desplumaba de los nervios, no quería mover a nadie más de un infierno a otro. No iba a esperar a que las benditas regulaciones internacionales llegaran para sacarlo del negocio, ya habían tardado demasiado. Iba a salirse solo. Vendería los dispositivos que le quedaban y se dedicaría a otra cosa. Accedió a la configuración general y, sin molestarse siquiera en sacar antes al kentuki de esa casa, cortó la conexión". |
Samanta Schweblin
Esto es el mismísimo terror, entrar a una casa que apenas conozco, buscando a mi hija, tan alterada, con tanto miedo que no puedo ni siquiera pronunciar su nombre
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Distancia de rescate de Samanta Schweblin
A veces me asusta pensar que los problemas de todos los días, pueden ser para mí más importantes que para el resto de la gente
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Kentukis de Samanta Schweblin
Los kentukis no son mascotas, ni fantasmas, ni robots. Son ciudadanos reales, y el problema —se dice en las noticias y se comparte en las redes— es que una persona que vive en Berlín no debería poder pasearse libremente por el living de otra que vive en Sídney; ni alguien que vive en Bangkok, desayunar junto a tus hijos en tu departamento de Buenos Aires. En especial, cuando esas personas que dejamos entrar a casa son completamente anónimas.
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Distancia de rescate de Samanta Schweblin
A veces me asusta pensar que los problemas de todos los días pueden ser para mí un poco más terribles que para el resto de la gente.
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Distancia de rescate de Samanta Schweblin
Distancia de rescate, así llamo a esa distancia variable que me separa de mi hija, y me paso la mitad del día calculándola
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Distancia de rescate de Samanta Schweblin
El punto exacto está en el detalle, hay que ser observador
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Kentukis de Samanta Schweblin
La gente pagaba para que la siguieran como un perro el día entero, querían a alguien real mendigando sus miradas.
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Distancia de rescate de Samanta Schweblin
Tarde o temprano sucederá algo terrible. Mi abuela se lo hizo saber a mi madre, toda su infancia, mi madre me lo hizo saber a mí toda mi infancia, a mí me toca ocuparme de Nina.
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Kentukis de Samanta Schweblin
Había gente dispuesta a soltar una fortuna por vivir en la pobreza unas horas al día, y estaban los que pagaban por hacer turismo sin moverse de sus casas, por pasear por la India sin una sola diarrea, o conocer el invierno polar descalzos y en pijama.
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Kentukis de Samanta Schweblin
Tenía dos vidas y eso era mucho mejor que tener apenas media vida y cojear en picada. Y al final, qué importaba hacer el ridículo en Erfurt, nadie la estaba mirando y bien valía el cariño que obtenía a cambio.
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Kentukis de Samanta Schweblin
Necesitaba saber qué tipo de usuario le había tocado. ¿Qué tipo de persona elegiría «ser» kentuki en lugar de «tener» un kentuki?
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Samanta Schweblin
¿Por qué las historias eran tan pequeñas, tan minuciosamente íntimas, mezquinas y previsibles? Tan desesperadamente humanas.
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Kentukis de Samanta Schweblin
se preguntó, con un miedo que casi podría quebrarla, si estaba de pie sobre un mundo del que realmente se pudiera escapar.
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¿Cuál es la profesión del narrador que encuentra el Principito en el desierto?