Perder a un ser querido siempre es algo doloroso, pero ¿se han llegado a plantear qué pasaría si esa persona de repente resucitara? Sé que de primeras suena confuso y terrorífico, pero por otra parte... ¿No les reconfortaría? Justo de eso trata este libro. Hilda Bustamante es una señora de 79 años que muere de un infarto. Todo el mundo lamenta muchísimo su pérdida, pero así es la vida, ¿no? Tarde o temprano, todos tenemos que morir. Lo sorprendente es que pasado un tiempo Hilda vuelve a abrir los ojos y sin entender muy bien dónde está y qué le está pasando, se arma de valor para salir del ataúd y regresa a su casa. La primera vez que leí la sinopsis de este libro pensé que iba a ser una historia muy divertida. El hecho de que alguien resucitara y volviera a su casa a patita me pareció tan insólito que me imaginé una historia repleta de situaciones surrealistas. Sin embargo, no pude estar más equivocada. Sí, hay algunas cosas que se tratan con humor y te sacan alguna que otra sonrisilla, pero en general, esta historia me ha parecido muy emotiva y bastante triste. Conocer la vida de Hilda ha sido un viaje precioso y Álvaro, su marido, me ha robado el corazón. Si ya de por sí perder a un familiar es duro, no me quiero ni imaginar cómo se tiene que sentir alguien al perder a su compañera o compañero de vida. A la persona con la que has decidido, por elección propia, compartir el resto de tu vida. Como es normal, el regreso de Hilda conmociona a todo el mundo. Muchos se asustan y relacionan su resurrección con una obra del demonio, pero muchos otros, como es el caso de Álvaro o de Amelia, una niña adorable que es como su nieta, sienten alivio y creen que es un milagro. Volver a ver a un ser querido que ha fallecido tiene que ser como si el universo te estuviese concediendo una segunda oportunidad para redimirte, para decirle a esa persona todo lo que te callaste o pasar junto a ella ese tiempo que nunca le dedicaste. Puedo afirmar sin que me tiemble la voz que es uno de los mejores libros que he leído este año. Salomé Esper se ha coronado con este libro. Nos ha regalado una historia llena de dulzura, pero con una carga emocional tremenda. He llorado de pena, pero también de felicidad, y este es el tipo de libros que me encantan; que no me voy a cansar de recomendar y que volveré a leer cada poco tiempo. + Leer más |