En esta su primera novela, Nuria Quintana nos trae la historia de Isabel, Aurora y Cristina.
La historia de Isabel (que si mis cálculos no me fallan tiene 56 años) se desarrolla en 1992, cuando a la muerte de su madre, Aurora, empieza a descubrir cosas del pasado de esta que desconocía totalmente.
Entre 1924 y 1936 se desarrolla la historia de Aurora y Cristina. Ambas vive en la gran mansión conocida como La casa de las magnolias. La primera como sirvienta y la segunda como hija de los señores de la casa. Ambas muchachas son amigas desde su más tierna infancia pues apenas se llevan unos meses de edad, pero su amistad, hasta ahora inquebrantable, empezará a tambalearse cuando llegue a la casa un nuevo muchacho encargado de la leña, Léonard.
Lo primero que quiero comentar de esta novela es lo mucho que me sorprendió, nada más abrirla, el tamaño de la letra ¡enorme!
A un tamaño normal de letra, las 440 páginas de esta novela yo creo que bien bien podrían reducirse a, incluso, menos de 300 páginas. Creo que es la primera vez que me sorprende una letra tan grande, normalmente me encuentro con todo lo contrario.
En cuanto a la historia, me ha parecido muy entretenida y la he leído en pocos días. Se lee rápido porque además del pedazo de letra, también tiene capítulos cortos y la narración es sencilla y ágil.
La novela está bien escrita y mantiene al lector enganchado ya que deseamos saber qué es lo que le ocurrió a Aurora en la Casa de las Magnolias para que lo guardara en secreto durante casi 60 años.
Al principio os he hablado de Kate Morton porque es una autora que todas sus novelas están narradas de la misma manera: en diferentes momentos históricos. Kate Morton siempre va saltando del pasado al presente y del presente al pasado. E igualmente ocurre en La casa de las magnolias.
La historia estás explicada desde el punto de vista de diferentes personajes y en diferentes momentos históricos, y siempre en primera persona:
- 1924-1936: Se intercala la narración desde el punto de vista de Aurora y el de Cristina
- 1992: Principalmente desde el punto de vista de Isabel, aunque en alguna ocasión también nos encontraremos con la narración desde el punto de vista de una Aurora de 75 años moribunda y también de Luis (amigo íntimo de la familia y el único que conocía a Aurora desde sus años como sirvienta en la casa).
Al principio, me costaba saber quién hablaba en el pasado, si Aurora o Cristina pero luego se le coge rápido el truco y esos bailes en el tiempo y en el narrador no impiden que se disfrute de la novela.
En general me ha gustado mucho la historia aunque me hubiese gustado un poco más de desarrollo en algunos aspectos. Pero vamos, que para mi es una novela totalmente recomendable para los amantes de la ficción histórica.
Contiene elementos (un gran amor, un misterio por resolver) que hará las delicias de los amantes del género (yo me incluyo entre ellos).
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