Un bárbaro en París de Mario Vargas Llosa
Yo pasé de Julio Verne a los grandes folletinistas decimonónicos como Eugène Sue, Paul Féval o Xavier de Montépin, cuyos novelones humedecían los ojos de la abuela
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Un bárbaro en París de Mario Vargas Llosa
Yo pasé de Julio Verne a los grandes folletinistas decimonónicos como Eugène Sue, Paul Féval o Xavier de Montépin, cuyos novelones humedecían los ojos de la abuela
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Un bárbaro en París de Mario Vargas Llosa
La literatura francesa ha sido, entre todas, la que siempre preferí, la que me hizo gozar más, la que contribuyó más a mi formación intelectual y a la que debo buena parte de mis convicciones literarias y políticas
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Un bárbaro en París de Mario Vargas Llosa
Queriendo ser un escritor francés, acabó convirtiéndose en un peruano universal
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Un bárbaro en París de Mario Vargas Llosa
La influencia sartreana no llegó a tener mucho peso en sus novelas, pero sí en su labor como escritor de ensayos políticos y columnas de opinión
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Un bárbaro en París de Mario Vargas Llosa
Además de quedar hechizado por el poder de persuasión de "Madame Bovary", Vargas Llosa también descubrió el tipo de escritor que quería ser, realista, un experto en fingir la realidad, no la fantasía
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Un bárbaro en París de Mario Vargas Llosa
Siempre le dio más importancia a ser incluido en la Biblioteca de la Pléiade, el panteón de la literatura francesa, que a ganarse el Premio Nobel
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Un bárbaro en París de Mario Vargas Llosa
Hubo un tiempo, no hace tanto, en el que cualquier latinoamericano con ambiciones literarias o artísticas soñaba con París
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Conversación en la catedral de Mario Vargas Llosa
Había seguido de colectivero sólo tres semanas más, lo que duró la carcocha. Ésta se paró del todo una mañana, a la entrada de Yarinacocha, luego de humear y estremecerse en una brevísima y chirriante agonía de latas y eructos mecánicos. Alzaron la capota, se le había fundido el motor.
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Conversación en la catedral de Mario Vargas Llosa
- Carambolas - dijo Arispe -. Qué voz de ultratumba, mi señor. - Tuve una fiesta y estoy con todos los muñecos - dijo Santiago -. No he dormido nada . |
Conversación en la catedral de Mario Vargas Llosa
¿Qué más que valiera la pena, Zavalita, qué más que sobreviviera?
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Travesuras de la niña mala de Mario Vargas Llosa
Aquel último día del verano de 1950 -yo acababa de cumplir quince años también- comenzó para mí la vida de verdad, la que divorcia los castillos en el aire, los espejismos y las fábulas, de la cruda realidad
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Conversación en la catedral de Mario Vargas Llosa
... como siempre estuvo midiendo el agua de la ducha con el pie un buen rato y acabó entrando a poquitos; se jabonó sonriendo, acordándose de la señora: las patitas, las tetitas, el potito.
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Travesuras de la niña mala de Mario Vargas Llosa
Estas últimas veinticuatro horas me has hecho morir mil veces. A qué juegas tú conmigo, dime a qué. ¿Para eso me llamaste, me buscaste, cuando ya me había librado de ti? ¿Hasta cuándo crees que voy a aguantar? Yo también tengo un límite. Te podría matar.
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Conversación en la catedral de Mario Vargas Llosa
... un escritorio con una lamparita sin pantalla, paredes desnudas, una fotografía de Odría envuelto en la banda presidencial como un bebé en un pañal. Retrocedió, miró su reloj, las doce y media...
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Conversación en la catedral de Mario Vargas Llosa
... recorrió los estantes del zaguán, hojeó los libros averiados por el tiempo, las revistas descoloridas.
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Conversación en la catedral de Mario Vargas Llosa
La mujer abrió una ventana, entró una lengua de sol. Todo estaba gastado,... La mujer murmuró permiso y se esfumó en la boca oscura de un pasillo.
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Conversación en la catedral de Mario Vargas Llosa
...se habían robado a su perro, se lo habían arranchado a su señora de las manos, el hombre respinga asustado, carajo esto no se iba a quedar así.
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Dos soledades: Un diálogo sobre la novela en América Latina de Mario Vargas Llosa
(...) El escritor es el eterno disconforme, esté donde esté. Su obra nace del descontento. (...) Cuando el orden perfecto llegue, el escritor seguirá inconforme: lo humano es infinitamente perfectible, y siempre habrá razones para la obra de un escritor. Gabriel García Márquez |
Conversación en la catedral de Mario Vargas Llosa
Yo también detesto la política, pero qué quiere. Cuando la gente de trabajo se abstiene y deja la política a los políticos el país se va al diablo
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Gregorio Samsa es un ...