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La guerra del fin del mundo de Mario Vargas Llosa
...quien quiera salvarse de e ir a Canudos., pues el mu do ha caído en manos del Anticristo. ¿Sabéis a quién llaman el Anticristo los Yagunzos?. A la República
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La guerra del fin del mundo de Mario Vargas Llosa
En Canudos, hombres humildes e inexperimentados están, a fuerza de instinto e imaginación, llevando a la práctica muchas de las cosas que los revolucionarios europeos sabemos necesarias para implantación justicia en la tierra.
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La guerra del fin del mundo de Mario Vargas Llosa
Con el pretexto de rechazar la ley de matrimonio civil, la gente de Canudos ha aprendido a unirse y desunirse libremente, siempre que hombres y mujeres estén de acuerdo en hacerlo, y despreocuparse de la paternidad de los vientres preñados, pues su guía les ha enseñado que todos los seres son legítimos por el simple hecho de nacer. ¿No hay algo que os suene familiar? ¿No es como si se materializara allí ciertas ideas de la revolución? El amor libre, la libre paternidad, la desaparición de la infame frontera entre hijos legítimos e ilegítimos, la convicción de que el hombre no hereda la dignidad ni la indignidad
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Conversación en la catedral de Mario Vargas Llosa
A lo mejor esa monotonía con estrecheces era la felicidad, esa discreta falta de convicción y de exaltación y de ambición, a lo mejor era esa suave mediocridad en todo.
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La ciudad y los perros de Mario Vargas Llosa
en el Ejército se dan lecciones de reglamento a los subordinados, no a los superiores.
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Conversación en la catedral de Mario Vargas Llosa
¿a pesar de todo te importaba la familia, querías a la familia que no te quería? ¿O es que la soledad era todavía peor que la humillación, tío?
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Conversación en la catedral de Mario Vargas Llosa
El periodismo no es una vocación sino una frustración
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Conversación en la catedral de Mario Vargas Llosa
- Bueno, mientras los tengan contentos, apoyarán el régimen. Después, se conseguirán otro general y los sacarán a ustedes. ¿Siempre no ha sido así el Perú?
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Conversación en la catedral de Mario Vargas Llosa
Pensaría la trabajo, mojo y la dejo, y ella se daría cuenta que el blanquito babeaba por ella y pensaría dejo que me trabaje, dejo que moje y lo cojo.
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La ciudad y los perros de Mario Vargas Llosa
"El amor es lo peor que hay. Uno anda hecho un idiota y ya no se preocupa de sí mismo. Las cosas cambian de significado y uno es capaz de hacer las peores locuras y de fregarse para siempre en un minuto."
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Le dedico mi silencio de Mario Vargas Llosa
Mientras el chiclayano tocaba aquellas cuerdas,sacando a cada una de ellas sonidos insólitos, desconcertantes, profundos, medio enloquecidos, Toño palpaba el silencio. Todos los concurrentes, hombres, mujeres, ancianos, habían olvidado las risas y las carcajadas, los diálogos, chistes y piropos, y se habían callado y escuchaban absortos, en estado hipnótico, las cuerdas que vibraban en medio de ese mutismo formidable que dominava la noche. |
La Fiesta del Chivo de Mario Vargas Llosa
Porque, aunque nadie se lo crea, para matar se necesitan más huevos que para morir.
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¿Quién mato a Palomino Molero? de Mario Vargas Llosa
Entonces, no sabes lo que es el amor-lo oyó burlarse-. Yo me metería de avionero, de soldado raso, de cura, de recogedor de basura y hasta comería caca si hiciera falta, para estar cerca de mi gordita, Lituma.
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Los Cachorros - El Desafío - Día Domingo de Mario Vargas Llosa
Eran hombres hechos y derechos ya y teníamos todos mujer, carro, hijos que estudiaban en el Champagnat, la Inmaculada o el Santa María, y se estaban construyendo una casita para el verano en Ancón, Santa Rosa o las playas del sur, y comenzábamos a engordar y a tener canas, barriguitas, cuerpos blandos, a usar anteojos para leer, a sentir malestares después de comer y de beber y aparecían ya en su pieles algunas pequitas, ciertas arruguitas.
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Los Cachorros - El Desafío - Día Domingo de Mario Vargas Llosa
guau, pero ese día, guau guau, cuando Judas se apareció en la puerta de los camarines, guau, guau, guau, sólo Lalo y Cuéllar se estaban bañando: guau guau guau gua. Choto, Chingolo y Mañuco saltaron por las ventanas, Lalo chilló se escapó mira hermano y alcanzó a cerrar la puertecita de la ducha en el hocico mismo del danés. Ahí, encogido, loseta blancas, azulejos y chorritos de agua, temblando, oyó los ladridos de Judas, el llanto de Cuéllar, sus gritos,...
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Un bárbaro en París de Mario Vargas Llosa
En toda vida humana se han acumulado los hechos sorprendentes y desconcertantes que parecen sacados de los libros, de esas historias extravagantes o imposibles que han ido tomando posesión de nosotros mismos, hasta convertir nuestras vidas en cosas que se parecen mucho a la literatura
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Un bárbaro en París de Mario Vargas Llosa
La universalidad ha sido siempre la característica de las grandes empresas literarias francesas, y el mundo ha correspondido acatándola, creyendo en ella o simplemente leyéndola. De ese pacto entre la literatura francesa y el mundo de los vivos ha nacido esa libertad que los escritores franceses han llevado más lejos que nadie
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Un bárbaro en París de Mario Vargas Llosa
Una vida sin literatura sería horrible, siniestra, despojada de las experiencias más ricas y diversas, una rutina intolerable, hecha de obligaciones que se irían repitiendo diariamente como un conjunto de compromisos sin promesa de remisión
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La edad de la inocencia