El amante de Marguerite Duras
Prisionero en su diferencia para con los demás, solo en ese palacio de su soledad, tan lejos, tan solo que es como si fuera el nacer de cada día, el vivir.
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El amante de Marguerite Duras
Prisionero en su diferencia para con los demás, solo en ese palacio de su soledad, tan lejos, tan solo que es como si fuera el nacer de cada día, el vivir.
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El amante de Marguerite Duras
La historia ya está ahí, inevitable ya, la de un amor cegador, siempre por venir, jamás olvidado. |
Emily L. de Marguerite Duras
Te sigo hablando del miedo. Intento explicarte. No lo consigo. Digo: está en mí. Segregado por mí. Vive con una vida paradójica, genial y celular a la vez. Está ahí. sin lenguaje para expresarse. Como mucho, es una crueldad desnuda, muda, de mí a mí, albergada en mi cabeza, en el calabozo mental. Hermética. Con boquetes abiertos a la razón, la verosimilitud, la claridad.
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El dolor de Marguerite Duras
He entrevisto que un futuro posible llegaría, que una tierra extraña emergería de este caos y que en ella nadie esperaría ya. Para mí no hay sitio en ningún lugar de aquí, no estoy aquí sino allá, con él, en esa zona inaccesible a los demás, hermética para los demás, en la que me abraso, en la que los hombres se matan. La ciudad iluminada ha perdido para mí todo significado excepto éste: es un signo de muerte, signo de mañana sin ellos.
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El dolor de Marguerite Duras
Robert L. no acusó a nadie, a ninguna raza, a ningún pueblo. Acusó al hombre.
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Emily L. de Marguerite Duras
Aquel poema parecía haber sido escrito para hacer daño al Capitain. Peor aún: en el poema se ignoraba al Capitain [...] pensó qué había podido hacer para desmerecer hasta aquel punto a los ojos de su mujer, y también qué es lo que hubiera debido hacer para que su existencia se indicara en el poema, aunque fuera de un modo alusivo y muy lejano. Y después descubrió la verdad, a sus ojos abominable, a saber: que en el universo de aquella mujer, él nunca había existido, ni lo haría jamás.
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Emily L. de Marguerite Duras
Una vez, él le había hablado de aquello, del sufrimiento al que le lanzaban aquellas poesías porque no las comprendía. Ella debió de equivocarse respecto al sentido de su confesión. Le dijo, en efecto, que sí aquellas poesías le hacían sufrir, era que, sin duda, había empezado ya a comprenderlas.
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Emily L. de Marguerite Duras
- Y a ti te faltaba esa contradicción, la de hallarte en un amor que te llenaba y pedir auxilio a otro. - No exactamente...ni pedir auxilio, ni esperarlo. Solamente escribirlo. |
Emily L. de Marguerite Duras
Tendrás conocimiento de la historia cuando esté terminada. Te enterarás de la existencia del sentimiento por el exterior de tu vida. Pasará mucho tiempo antes de que llegue a tu conciencia. Todo se modificará en torno a ti, y tú, tú te preguntarás aún por qué. No reconocerás nada. No sabrás nada. Hasta el día en que transformes a tu vez esta situación en un libro o en una relación personal.
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Emily L. de Marguerite Duras
Se me ocurre pensar que tal vez no te amo. Y nada acude con claridad a contradecirme en ese momento. Creo, sinceramente, que hubiera podido no amarte. Luego se repite. Tú te equivocas del mismo modo, pero al revés. Debe de pasarte por la cabeza alguna vez que quizá me amas. O más bien que en el sentimiento que experimentas por mí, a veces, podría haber huellas de este amor, por imposible que pueda parecer. Creo que hablo sin decir nada, creo que cuando te suceda, si te sucede, no lo sabrás.
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Emily L. de Marguerite Duras
Te miro. Me preguntas qué pasa, siempre un poco alerta cuando te miro. Te digo que no pasa nada, que te miraba por gusto. No sé si el amor es un sentimiento. A veces creo que amar es ver. Es verte.
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Emily L. de Marguerite Duras
Así era sobre todo desde hacía algunos años; cada noche de cada día, con aquella dulzura agonizante, aquella increíble delicadeza del continente inglés, ella pedía morir.
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Emily L. de Marguerite Duras
Tu sueño acudía siempre antes que el mío, dormías bien, lo que me tranquilizaba siempre, porque la noche te llevaba al olvido de aquella existencia que llevabas conmigo y deseabas abandonar.
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Gregorio Samsa es un ...