Emily L. de Marguerite Duras
Te sigo hablando del miedo. Intento explicarte. No lo consigo. Digo: está en mí. Segregado por mí. Vive con una vida paradójica, genial y celular a la vez. Está ahí. sin lenguaje para expresarse. Como mucho, es una crueldad desnuda, muda, de mí a mí, albergada en mi cabeza, en el calabozo mental. Hermética. Con boquetes abiertos a la razón, la verosimilitud, la claridad.
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