Todos somos villanos de M.L. RIO
James alzó la vista y me miró a los ojos. Pareció sorprendido de encontrarme parado allí, aunque no comprendí de ningún modo por qué. ¿Acaso no era siempre su mano derecha, su teniente? Banquo o Benvolio u Oliver, no importaba demasiado.
|