Todos somos villanos de M.L. RIO
Cuando atravesamos esas puertas por primera vez, lo hicimos sin saber que ahora éramos parte de una extraña religión donde cualquier cosa se podía disculpar siempre y cuando se ofreciera el altar de las Musas. Locura, ritual, éxtasis, sacrificios humanos. ¿Estábamos embrujados? ¿Nos habían lavado el cerebro? Quizá
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