Notre-Dame de Ken Follett
No soy creyente, pero voy a la iglesia a pesar de todo (…) Desde hace mucho encuentro una honda paz espiritual en las grandes catedrales, igual que millones de personas, creyentes o no. Y tengo otra razón para sentirme agradecido por su existencia: mi amor por ellas inspiró la novela que es sin duda mi libro más popular.
|