Viaje al centro de la Tierra de Julio Verne
Mientras el corazón lata, mientras la carne palpite, no me explico que un ser dotado de voluntad se deje dominar por la desesperación.
|
Viaje al centro de la Tierra de Julio Verne
Mientras el corazón lata, mientras la carne palpite, no me explico que un ser dotado de voluntad se deje dominar por la desesperación.
|
|
|
Viaje al centro de la Tierra de Julio Verne
¡Ah! ¡Mujeres jóvenes, corazones femeninos siempre incomprensibles! ¡Cuando no sois los seres mas tímidos de todos, sois los más valientes! La razón no ejerce sobre vosotros ningún imperio.
|
Viaje al centro de la Tierra de Julio Verne
El obstinado profesor Lidenbrock descifra un criptograma del alquimista Arne Saknussemm y llega a la conclusión de que es posible viajar al centro de la Tierra, Por el cráter de un volcán apagado desciende junto a su escéptico sobrino Axel, y Hans Bjelke, un imperturbable guía.
|
Escuela de los Robinsones de Julio Verne
Había comenzado el viaje, lo que no era difícil, según se aceptará de buena gana, como repetía frecuentemente el profesor Tartelett con una incontestable lógica: "Un viaje siempre tiene comienzo, ¡pero dónde y cómo termina es lo importante!".
|
Viaje al centro de la Tierra de Julio Verne
-¡Oh! señor Lidenbrock, esos libros andan recorriendo constante mente el país. ¡En nuestra pobre isla de hielo existe una gran afi ción al estudio! No hay pescador ni labriego que no sepa leer, y todos leen. Opinamos que los libros, en vez de apolillarse tras una verja de hierro, lejos de las miradas de los curiosos, han sido escri tos e impresos para que los lea todo el mundo. Por eso, los de nues tra biblioteca van corriendo de mano en mano, son leídos una y cien veces, y tardan con frecuencia uno o dos años en regresar a sus respectivos estantes.
|
Viaje al centro de la Tierra de Julio Verne
Permanecía inmóvil y con los brazos cruzados ante los múltiples gestos de mi tío; para negar, movía la cabeza de izquierda a derecha, y para afirmar, la inclinaba; apenas se movía; era la economía del movimiento llevada hasta la avaricia.
|
Alrededor de la luna de Julio Verne
Al describir el proyectil esta órbita elíptica, iba a gravitar eternamente alrededor de la luna como un subsatélite. Era un nuevo astro añadido al mundo solar, un microcosmos, poblado por tres habitantes, que morirían por falta de aire dentro de poco tiempo. Barbicane no podía pues alegrarse de esta situación definitiva, impuesta al proyectil por la doble influencia de las fuerzas centrípeta y centrífuga. Él y sus compañeros iban a ver de nuevo la cara iluminada del disco lunar. ¡Acaso se prolongaría su existencia lo bastante para que pudiesen ver por última vez toda la Tierra soberbiamente iluminada por los rayos del sol!¡Acaso podrían dirigir una última despedida a este globo que ya no volverían a ver!
|
|
Viaje al centro de la Tierra de Julio Verne
Jamás soledad alguna fue semejante a la mía: nunca hubo abandono tan completo.
|
La vuelta al mundo en ochenta días de Julio Verne
[...] si tenemos en cuenta la conocida temeridad de los americanos, hay que reconocer que, cuando se muestran prudentes, sería una locura no serlo.
|
La vuelta al mundo en ochenta días de Julio Verne
[...] su ancha faz resplandeció como el sol en el cénit de las regiones tropicales.
|
Viaje al centro de la Tierra de Julio Verne
No hay nada que embriague tanto como la atracción del abismo.
|
Viaje al centro de la Tierra de Julio Verne
Mientras el corazón late, mientras el cuerpo y alma siguen juntos, no puedo admitir que cualquier criatura dotada de voluntad tiene necesidad de perder la esperanza en la vida.
|
El castillo de los Cárpatos de Julio Verne
Aunque el castillo de los Cárpatos estuviera mejor conservado de lo que parecía, un espanto contagioso, aumentado por la superstición, lo protegía no menos de lo que hubieran podido hacer antaño sus basiliscos, sus culebrinas, sus mayanas y demás ingenios de artillería de los pasados siglos
|
El castillo de los Cárpatos de Julio Verne
En realidad aunque el castillo de los Cárpatos estuviera mejor conservado de lo que parecía, un espanto contagioso,aumentado por la superstición, lo protegía no menos de lo que hubieran podido hacer antaño sus basiliscos, sus pedreros, sus bombardas... y demás ingenios de artillería de los pasados siglos
|
Le Chancellor de Julio Verne
A pesar de su enfermedad, tiene pasion por los viajes porque, su alma tiene piernas, y hasta alas
|
El castillo de los Cárpatos de Julio Verne
En cuanto a atreverse a visitar el castillo, a nadie se le hubiera ocurrido.Difundia a su alrededor un espanto contagioso, de la misma manera que un pantano insalubre difunde miasmas venenosos
|
El castillo de los Cárpatos de Julio Verne
Si, una guapa joven Miriota Koltz, y ademas rica para este pueblo de los Carpatos. Nadie la supera en conocimiento de sagas, leyendas y fabulas transilvanos , añadiremos que Miriota daba credito a todas estas ficciones, no por ello dejaba de ser una joven amable y encantadora
|
Julio Verne fue un escritor, poeta y dramaturgo...