El castillo de los Cárpatos de Julio Verne
En realidad aunque el castillo de los Cárpatos estuviera mejor conservado de lo que parecía, un espanto contagioso,aumentado por la superstición, lo protegía no menos de lo que hubieran podido hacer antaño sus basiliscos, sus pedreros, sus bombardas... y demás ingenios de artillería de los pasados siglos
|