Viaje al centro de la Tierra de Julio Verne
-¡Oh! señor Lidenbrock, esos libros andan recorriendo constante mente el país. ¡En nuestra pobre isla de hielo existe una gran afi ción al estudio! No hay pescador ni labriego que no sepa leer, y todos leen. Opinamos que los libros, en vez de apolillarse tras una verja de hierro, lejos de las miradas de los curiosos, han sido escri tos e impresos para que los lea todo el mundo. Por eso, los de nues tra biblioteca van corriendo de mano en mano, son leídos una y cien veces, y tardan con frecuencia uno o dos años en regresar a sus respectivos estantes.
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