La marcha Radetzky de Joseph Roth
Por el espacio de un brevísimo momento el teniente tuvo la fuerza sublime del visionario: vio a los tiempos enfrentarse como dos peñascos y él, el teniente, perecía aplastado entre ambos.
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La marcha Radetzky de Joseph Roth
Por el espacio de un brevísimo momento el teniente tuvo la fuerza sublime del visionario: vio a los tiempos enfrentarse como dos peñascos y él, el teniente, perecía aplastado entre ambos.
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El Leviatán de Joseph Roth
Porque, una vez que se ha bebido, todos los hombres buenos y honrados son nuestros hermanos y todas las mujeres amables nuestras hermanas… y no hay diferencia entre campesino y comerciante, judío y cristiano […].
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El Leviatán de Joseph Roth
No había nadie a la redonda con quien poder hablar de su nostalgia, y tenía que llevarla encerrada dentro, como encerraba el mar los corales.
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El Leviatán de Joseph Roth
Piczenik sabía que la pobreza es la más irresistible inductora al pecado.
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Confesión de un asesino: contada en una noche de Joseph Roth
Sobre todos nosotros pesaba ahora ya no solo nuestra propia vida, sino también aquella parte de la de Golubtschik que acabábamos de conocer. Y, no sin espanto, esperé el previsiblemente terrible resto de aquella vida que, en cierto modo, iba a tener que superar más que escuchar.
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La leyenda del Santo Bebedor de Joseph Roth
No hay nada a lo que más fácilmente se acostumbre una persona que a los milagros, cuando los ha conocido una, dos o tres veces.
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El busto del Emperador de Joseph Roth
Érase una vez una patria, una patria verdadera, a saber: una patria para los “apátridas”, la única patria posible.
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Fuga sin fin de Joseph Roth
Había luchado un año y medio por una gran revolución. Pero ahora se daba cuenta por primera vez de que no se hacen revoluciones "contra la burguesía", sino contra los panaderos, contra los camareros, contra los dueños de pequeñas verdulerías, insignificantes carnicerías y criados de hotel sin ningún poder.
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La leyenda del Santo Bebedor de Joseph Roth
Porque no hay nada a lo que más fácilmente se acostumbre una persona que a los milagros, cuando los ha conocido una, dos o tres veces. Sí, la naturaleza del hombre le lleva a enfadarse cuando no obtiene de forma continuada lo que parece haberle prometido un azar casual o pasajero. Así son las personas
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La leyenda del Santo Bebedor de Joseph Roth
[…] supo por qué durante todos aquellos años había tenido tanto miedo a los espejos. No era bueno contemplar con sus propios ojos la depravación de uno mismo […]
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Años de hotel. Postales de la Europa de entreguerras de Joseph Roth
La alegría que produce la expectativa de realizar un viaje siempre queda compensada por la irritación de tener que hacerlo realmente. No hay nada más exasperante que una estación gigantesca que parece un monasterio y ante la cual siempre me pregunto si no debería quitarme los zapatos en vez de llamar al mozo de estación.
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Años de hotel. Postales de la Europa de entreguerras de Joseph Roth
Antes había perros pastores que cuidaban rebaños de ovejas, perros guardianes que vigilaban las casas. Hoy hay perros lazarillos que tienen que cuidar de los inválidos, perros lazarillos que son la consecuencia lógica de los hombres perros. La imagen tiene para mí la fuerza de una revelación: un perro sentado sobre un hombre. Siempre que éste recuerda lo que ocurrió cuando confiaba en los hombres se alegra de depender de ese perro. ¿Hay algo más triste que esa visión, que se ha convertido en un símbolo de la humanidad?
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Fresas de Joseph Roth
En mi ciudad de origen vivían unas diez mil personas. De ellas, tres mil estaban locas, aunque no suponían ningún peligro público.
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Jefe de estación Fallmerayer de Joseph Roth
A pesar de que el jefe de estación Fallmerayer no tenía un carácter propenso a fantasear, le pareció que aquel era un día marcado por el destino de una manera muy especial y, mientras miraba hacia fuera por la ventana, empezó a temblar de verdad. Dentro de treinta y seis minutos pasaría el tren rápido que iba a Merano. Dentro de treinta y seis minutos—así le pareció a Fallmerayer—la noche sería completa.
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El espejo ciego de Joseph Roth
La gente era orgullosa y atrevida. Sin duda salían de casas grandes, impersonales, vigiladas, y de ricas habitaciones en las que un espejo colgado en cada pared sometía los modales de sus propietarios a un control permanente, corrigiéndolos hasta alcanzar la perfección. Pero quién, como nosotras, sale de una casa estrecha y crece en una habitación en la que cuelga un espejo ciego, durante toda su vida sigue siendo una persona pusilánime e insignificante.
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El espejo ciego de Joseph Roth
Lloraba hacia dentro. Las lágrimas mojaban. Ríos de lágrimas no derramadas, acumuladas, la mojaban por dentro.
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El Triunfo De La Belleza de Joseph Roth
Sé que las cosas que callamos nos resulta más fácil expresarlas caminando que estando sentados. No tiene uno que decirlas a los ojos. Tanto el que habla como el que escucha van mirando al suelo. A veces una calle ruidosa libera el corazón de un ser humano tanto como el alcohol
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El Leviatán de Joseph Roth
Porque, una vez que se ha bebido, todos los hombres buenos y honrados son nuestros hermanos, y todas las mujeres amables son nuestras hermanas…, y no hay diferencia entre campesino y comerciante, judío y cristiano; y ¡ay de quien quisiera afirmar lo contrario
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El Leviatán de Joseph Roth
Mezclaba lo auténtico con lo falso…, y eso era peor aun que si no hubiera vendido más que lo falso. Porque así ocurre con los hombres seducidos por el diablo: que superan al diablo mismo en todo lo diabólico
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Abril de Joseph Roth
A la par que razonaba de modo tan cruel, intentaba sepultar el dolor. Y logré sepultarlo tras una muralla de crueldad
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¿En quién se inspiró Bram Stoker para crear su personaje?