De dónde soy, una obra póstuma de la novelista y periodista estadounidense, trata acerca de las memorias sobre su California natal.
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De dónde soy, una obra póstuma de la novelista y periodista estadounidense, trata acerca de las memorias sobre su California natal.
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En 2003, poco antes de la muerte de su marido, John Gregory Dunne, la escritora publicó 'De dónde soy', crónica de un pasado ya no tan legendario.
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Lo que convierte este libro en una obra maravillosa es en mi opinión, la constatación del duelo como sentimiento y tema universal. A pesar de las diferencias que pueda tener nuestra vida con la muy aparentemente perfecta vida de Didion hasta el fallecimiento de su esposo y posteriores acontecimientos, el sentimiento de duelo, la muerte, nos iguala. Leyendo a Didion podemos identificarnos con sus pensamientos y reacciones ante la pérdida de una manera dolorosamente exacta a pesar de pertenecer a un mundo completamente alejado al de la autora de este ensayo.
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En una fracción de segundo la vida de Joan Didion cambia radicalmente. El 30 de diciembre de 2003 antes de cenar el corazón de su marido deja de latir. La escritora siente la necesidad de poner palabras a las emociones y los sentimientos que atraviesa en el proceso de duelo durante el siguiente año a la muerte de su alma gemela: las diferentes etapas por las que va pasando después de despedirse físicamente de la persona con la que ha compartido cuarenta años de amor, familia, complicidad total y trabajo mano a mano (el silencio y la soledad, pena, incredulidad, culpabilidad…). En el libro se alternan un tono íntimo con retratos al detalle y también un tono en perspectiva mostrando la dimensión universal de la muerte. |
No conocía a Joan y después de ver su documental ("Joan Didion: The Centre Will Not Hold") me lancé a conseguir este libro. Lo terminé y, por primera vez en mucho tiempo, lloré con las palabras finales. El recorrido que hace Didion de su experiencia atravesando el duelo de la muerte de su marido me resultó tan vívida y sencilla, tan llena de imágenes cercanas, comunes y terriblemente dolorosas que muchas me quedaron grabadas. Por ejemplo: "Me di cuenta hoy por primera vez de que mi memoria de este día un año atrás es una memoria que no involucra a John. Este día hace un año fue 31 de diciembre de 2003. John no vio este día hace un año. John estaba muerto. Estaba cruzando la avenida Lexington cuando se me ocurrió esto" (la traducción es mía). Es un libro para leer y releer. |
En el año posterior a la muerte de su marido, Joan Didion escribió, a modo de una especie de diario, su proceso de duelo y todo lo que sintió y vivió en esos primeros meses después de la pérdida. Enfrentándose además durante ese tiempo a la enfermedad de su hija. No esperéis consejos para transitar el duelo ni un libro de autoayuda, simplemente son los pensamientos de una persona expresando sus emociones de forma abierta y sincera. Sin negar o esconder sentimientos contradictorios o "extraños", dejándose llevar sin avergonzarse ni juzgar, a veces reflexivamente, analizando, otras como en el torbellino de obsesión y locura que en ocasiones la arrastraba. Volviendo al pasado una y otra vez, intentando recordar hasta el más mínimo detalle, quizá como mecanismo de defensa para atenuar la pena y la angustia o como herramienta para intentar retomar y volver a darle sentido a su propia vida. Joan escribe sin regodearse en el dolor ni la autocompasión. Es simplemente ella. Así lo vivió y así lo cuenta. + Leer más |
"El año del pensamiento mágico" me pilló en un momento de mi vida en que necesitaba leerlo y me hizo mucha compañía... Es un libro duro, alejado de la ficción, real... Joan Didion cuenta con auténtica pureza el dolor desgarrador del duelo y de todas sus etapas, con una narración elegante e inteligente, sin caer en el sentimentalismo extremo, pero a la vez muy íntimo. Este libro es un hito en la literatura de la pérdida. El primer libro de Didion traducido al español. Le sigue "Noches Azules", que tengo pendiente y estoy deseando leer. |
“La vida cambia deprisa…”, escribe Joan Didion, “Te sientas a cenar y la vida tal como la conocías se acaba”. Así, fría, clara y precisa la escritora comienza “El año del pensamiento mágico”, un diario que comenzó cuando su esposo, el escritor John Gregory Dunne, se derrumbó a causa de un infarto fatal en el apartamento de la pareja en el Upper East Side en la noche del 30 de diciembre de 2003. Durante los siguientes 365 días, #Didion refleja la montaña rusa de emociones y dolor tras la muerte de Dunne, exponiendo una de las máximas más difíciles de aceptar para el ser humano: la repentina llegada de la muerte cuando y donde menos se la espera. Para mí “El año del pensamiento mágico” es más que unas memorias: es una crónica de un momento excepcionalmente terrible en la vida de Didion y cómo, de forma meticulosa, reconstruye el episodio letal y entrelaza su narración con los recuerdos más sentidos de la vida de la pareja. Así, rememora sus cuarenta años de matrimonio, su inagotable pasión por la literatura, los viajes que disfrutaban, la crianza de su hija Quintana, así como los detalles más sutiles y personales de ambos. Con la mente nublada y el corazón desbordado, la escritura de Didion refleja maravillosamente los pensamientos fragmentados y no lineales de una mente afligida, encontrando en la palabra escrita la forma de sobrellevar la muerte de su esposo y, al mismo tiempo, el cuidado de su hija gravemente enferma los meses posteriores. Así, la escritura se convierte en un territorio de reflexión que le permite, poco a poco, madurar su duelo y tomar conciencia de la pérdida como un hecho irrevocable. De esta forma, una historia que comienza en el Upper East Side de la ciudad de Nueva York se vuelve universal, profunda y edificante, un espejo en el que todos podemos reflejarnos ante la pérdida. Enlace: https://www.instagram.com/p/.. + Leer más |
La vida cambia rápido. La vida cambia en un instante. Te sientas a cenar y la vida como la conoces termin
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“La vida cambia deprisa. La vida cambia en un instante” ~ El año del pensamiento mágico de Joan Didion. La noche del 30 de diciembre Joan Didion llega a casa con su marido John tras visitar a su hija que está en coma en el hospital. Tranquilamente se sientan a cenar pero un ataque al corazón cambia la vida de Joan para siempre. El año del pensamiento mágico es la narración que realiza Joan recordando cómo fue el año posterior a la muerte de su marido; un año mágico en el que su fe estaba puesta en su regreso; y su mente viajaba al pasado, a ese mundo en el que John aún existía. Y como todo libro que aborda la fina línea que separa la vida de la muerte, de como en un instante nos puede cambiar la vida radicalmente, y de cómo previamente la muerte tiene el poder de dejar marcados en nuestra mente todos los sucesos previos acaecidos, es un canto también a la vida y al tiempo que pasamos con nuestros seres queridos. Escoger una frase para el encabezamiento de esta entrada no ha sido fácil ya que el libro está plagado de fantásticas reflexiones así que he optado por las palabras que abren el libro pero bien podría haber sido esta otra: “El dolor por la pérdida de un ser querido resulta ser una situación que nadie conoce hasta que llega a ella. Nos imaginamos (sabemos) que alguien cercano a nosotros podría morir, pero no nos planteamos más que los pocos días o semanas inmediatamente posteriores a esa muerte imaginada.” Si te gustó “La ridícula idea de no volver a verte” de Rosa Montero, este libro te va a encantar. Desde luego lo he leído con el corazón en un puño desde la primera frase y con tan solo leer el primer capítulo ya tenía claro que es un libro de máxima nota y de lectura obligada; un libro que necesita de una actitud valiente para escribirlo porque es sangrar el alma en cada palabra. Cierto que en pasajes donde se centra más en cuestiones médicas, más relacionadas con el estado de su hija Quintana que con la muerte de John, la lectura se me hizo más pesada pero eso no le resta puntaje. + Leer más |
El duelo es complejo y muy personal. Cada uno lo vive a su manera y depende de muchos factores. Nunca estamos preparados para perder a las personas a las que amamos, para aceptar su ausencia. En la mayoría de ocasiones, sentimos que con ellas se va una parte de nosotros. Dejamos de ejercer ciertos roles como hijos, amantes, pareja, nietos…y de hacer ciertas actividades que hacíamos con esa persona, es por eso que con ellas también muere una parte de nosotros. Durante ese duelo, todas las dimensiones de la persona se ven afectadas; física, emocional, espiritual y social. En este libro, Didion lo describe muy bien: "Te sientas a cenar y la vida que conocías se acaba". Tras la muerte de su marido, la autora escribe sobre lo que significa la pérdida del ser amado, su compañero de vida. Escribe sobre el duelo y su proceso. " Sé por qué intentamos mantener con vida a los muertos; intentamos mantenerlos con vida para tenerlos con nosotros. También sé que si queremos seguir vivos llega un momento en que tenemos que dejar ir a los muertos, dejarlos ir, dejarlos muertos. Dejar que se conviertan en la fotografía de la mesa. Dejar que se conviertan en el nombre de las cuentas fiduciarias. Dejar que se los lleve el agua." Un libro maravilloso, sobre el duelo y el amor. Y sobre lo que cuesta asumir y dejar ir a los que más queremos. + Leer más |
Nota: 4 sobre 5 Premisa: Joan Didion, en un solo año se tuvo que enfrentar a dos de las peores circunstancias que se nos pueden presentar: el fallecimiento de su compañero de vida y cuidar a su hija durante una larga enfermedad. Esto conlleva sentimientos de desconcierto, agotamiento, ira, desesperanza. Un duelo aterrizado en palabras. Opinión: Llevaba mucho tiempo queriendo leer este libro que me hacía ojitos desde la estantería. No sólo por las grandes opiniones que había oído sobre él, que también, sino porque el duelo en todas sus dimensiones es un tema que me interesa muchísimo. Además, esta edición ilustrada ha conseguido que la experiencia sea mucho más completa y sensorial. El relato es desgarrador. Sus primeras páginas me removieron muchísimas cosas porque la muerte de mi padre fue muy similar a la descrita por la autora. Quizá por eso me ha sido más sencillo ponerme en su piel y que los pelos se me pusiesen como escarpias. Las sensaciones de desasosiego, quietud, sentir que la vida pasa y que tú estás estancado, sin ganas de moverte ni pasar página creo que sólo se pueden comprender en plenitud si lo has vivido de cerca. Y qué bien las relata Didion. Desde la sencillez y la normalidad pero impregnadas del dolor más profundo. Las páginas destilan añoranza, anhelo, amor. Ese echar de menos tan intenso de cuando sabes que ya no va a volver, que ya no vais a volver a compartir. Pero por otro lado, la situación que tuvo que vivir ella lo hizo todo más complejo,al tener que cuidar y convivir con hospitalizaciones y peregrinaciones para curar a su hija enferma. Y es aquí donde la historia se me ha tornado algo pesada. Hay demasiadas descripciones médicas explícitas, datos objetivos que parecen reflejados más a modo diario que como recursos para enriquecer el relato. Y como lector esto se hace difícil de encuadrar, ya que no aporta nada a la experiencia. Entiendo que para contar lo vivido tiene lógica que aparezcan, pero en mi opinión podrían haberse omitido o al menos simplificado. Eso sí, a pesar de ello considero que cualquier persona que haya experimentado algo similar o quiera acercarse a lo que es un duelo ha de leer este libro. Yo volveré a él de vez en cuando, estoy segura de ello. + Leer más |
Lectura sincera y desgarradora. Lujo de detalles. Espiral de sentimientos, de pensamientos mágicos, aquellos que, todos los que estamos pasando por un duelo, tenemos constantemente. Te sientes menos rara, te sientes comprendida. Lo compré por casualidad, me llamó desde la estantería y ha resultado ser de ayuda en el momento adecuado. No esperes consejos, verás empatía.
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Un paseo por el oleaje de emociones, hechos y bailes con el tiempo que provoca la pérdida de un ser querido. Un libro lleno de reflexiones agudas y descripciones que convierten los hechos más crudos en puntos de convulsión en los que arrojar el miedo por la muerte, el terror de perder el sentido de tu propia vida y la duda que araña cuando se tambalean los puntos cardinales en los que apoyas tu forma de existencia. Lo mejor de Didion es su veracidad al escribir, no conozco otra persona que escriba tan veraz como ella. La narración juega de forma estructural también con el tiempo, emulando la manera en que la mente se duele jugando con el tiempo. Eso es el duelo en este libro, un lapsus en el que se vive a la vez en el pasado y en el presente. La fórmula magistral con la que escribió este libro consigue unir al lector en la empatía sin caer en la compasión, en la autoayuda o en el truco fácil de lo emotivo. Todo es a la vez también un ensayo profundo y certero de lo que una vida representa en la red de las vidas de les otres. + Leer más |
El año del pensamiento mágico nos presenta de cara al duelo de Joan, quien ha perdido a su esposo. Su viaje desde el shock del primer momento hasta el recuerdo de aquella situación un año después es relatado desde la perspectiva de la propia Joan. Para aquellas personas que quieren saber sobre duelo sin introducirse en el conocimiento psicológico creo que este libro es un buen comienzo. Si bien mucho de su contenido es una especie de "diario íntimo" en el que la autora descarga las cosas que le suceden sean relacionadas, o no, al proceso interno que atraviesa, en los momentos donde se abre en canal y deja salir las emociones nos presenta una vivencia con la cual muchos nos podemos sentir identificados. Joan no juzga lo que siente ni lo analiza demasiado, lo expresa y lo deja plasmado de una forma fácil de leer aunque dura y cruda por momentos. También nos puede aportar alguna que otra lectura recomendada y sobre todo, y lo más valioso en ese aspecto, es el demandar que se escriba más sobre el tema ya que es verdaderamente escaso el material. Creo que todos deberíamos leer este tipo de libros, por más grandes o pequeñas que hayan sido nuestras pérdidas. + Leer más |
«La vida cambia rápido. La vida cambia en un instante. Te sientas a cenar y la vida como la conoces termina.» Es complicado escribir una reseña sobre un libro donde contiene tanto sentimiento en su interior, un texto desgarrador si tenemos en cuenta lo que conlleva para la autora escribir semejante título. Tal como repite Joan Didion varias veces a lo largo del libro, la vida puede cambiar en un instante, y efectivamente, en este ejemplar, la famosa autora norteamericana nos relata el desgarrador primer año como viuda, tras haber pedido a su marido John. Mientras tranquilamente cenaban ambos en su casa, le da un ataque del corazón. A esto se le suma lo complicado que fue para ella esta situación; tan solo una semanas después de haber dejado a su hija Quintana en el hospital en coma inducido, desafiando a la muerte tras una grave infección, cuando inicialmente se creía que era gripe. El libro fue escrito tan solo nueve meses después de la muerte de su esposo. Se apoya en la escritura para registrar sus memorias, pensamientos y acciones a lo largo de un año clave en su vida. En este ejemplar analiza su propio comportamiento y repasa una y otra vez las posibles situaciones pensando si podría haber cambiado de alguna manera lo sucedido. A pesar de ser una muerte repentina que nunca nadie se espera, John tenía una larga historia de problemas cardíacos. Didion, en uno de sus capítulos, buscando señales en los días previos a la muerte, nos cuenta como él parecía ser consciente de que su propia muerte era inminente y sabía la forma en que iba a fallecer. La autora hace todo lo posible por no colapsar su cabeza y hacer frente a una situación tan delicada, evitando incluso pasar por zonas donde tenía recuerdos con su hija. Durante un tiempo se muda a Los Ángeles para estar con su hija durante su última estancia en el hospital. Un libro duro de leer, pero a la vez mágico gracias a las ilustraciones que hay entre sus páginas de la gran Paula Bonet, donde acompañamos a recorrer el duelo de Joan Didión. Una mujer que parece que pudo lidiar con la muerte de su esposo; pero le costó mucho más afrontar la posibilidad de perder a su hija. Enlace: https://www.mrwonderbook.com.. + Leer más |
Hace unas semanas, una amiga muy querida me dijo que ‘El año del pensamiento mágico’ es un libro que habría que darle a cada persona que esté pasando por un duelo. Y no puedo estar más de acuerdo, es un libro durísimo pero terapéutico. “La vida cambia deprisa. La vida cambia en un instante. Te sientas a cenar y la vida que conocías se acaba.” En esta obra, Joan Didion se abre en canal y comparte su experiencia, vivencias y, en cierto modo, supervivencia durante el año que sucedió a la muerte de John, su marido. La noche del 30 de diciembre de 2003, Joan y John regresan a su casa tras visitar a su hija en el hospital. Como cualquier otro día, debaten sobre qué cenar y a los pocos minutos John se desploma para no volver a levantarse. Un texto que bien puede leerse de una sentada, a mi me ha llevado semanas, pero no ha habido día que no haya pensado en él. Las palabras de Didion no tienen un ápice de ficción y por eso, cada una de ellas duele y cuesta digerirlas. No hay artificio alguno en su forma de describir el dolor y el vacío no se llena. Si estás en duelo por una pérdida, este libro tiene la capacidad de abrazarte y confortarte (por un rato), al encontrar un lugar común a lo que te está pasando. Sin embargo, si como yo, no estás en dicho proceso, es un libro que acongoja y, en algunas partes, asfixia. ¿Por qué? Pone ante nuestros ojos algo que es inevitable pero que elegimos no mirar en el día a día para poder vivir tranquilos. La muerte, la pérdida de nuestros seres queridos, es algo que ocurrirá si o sí a lo largo de una vida. El dolor de Didion es el todos. Es imposible no emocionarse, no sufrir, no empatizar. Desde las primeras páginas, con ese desesperado “¡vengan ya!” de la autora a los sanitarios, en cierta manera te transformas en esa mujer a la que solo quieres proteger, porque sabes que también serás tu. Un libro que no es para leer en cualquier momento, pero que merece mucho la pena saber que está ahí para acudir a él cuando lo necesites. Joan Didion me ha dejado con el corazón encogido y con muchas ganas de seguir leyéndola. ¿Conocéis otros libros que sean “terapéuticos”? + Leer más |
[…]Durante ese período indeterminado que denominamos duelo, es como si estuviéramos en un submarino, en silencio sobre el lecho oceánico, sintiendo las cargas de profundidad, a veces cercanas y a veces lejanas, que nos azotan con recuerdos»[…] Cuando iba por la mitad del libro busqué información porque quería ponerle caras a John y a Quintana. Vi que Quintana también se había ido. Meses después de la primera edición de este libro. No sé explicar lo que sentí. Pero me imaginé lo destrozada que se tuvo que sentir Joan. Después de saber ese dato, todo me parecía un presagio. Al principio pensé que no entendía bien a Didion. No sé si por la manera de narrar o porque no era lo que yo esperaba. Pero una vez que avanzaba en la lectura me iba haciendo más a ella. En realidad no quiero entrar a juzgar el duelo de alguien. Creo que es lo más íntimo y el último vínculo con quién ya no está. Como siempre que leo sobre ausencias, encuentro puntos en común que he vivido. Joan tiene una “fijación” por el tiempo a lo largo de todo el libro: “48h antes de su muerte”, “le quedaban 25 días de vida”, etcétera. Yo también he tenido esos pensamientos: la hora a la que se fue, 24h antes de su muerte… creo que es recurrente cuando estamos en duelo, como si pudiésemos dominar el tiempo. No sé. Nos obsesionamos por encontrar pistas o alguna explicación: eso que dijo, lo que estaba haciendo… a veces es todo tan de repente que tan solo buscamos el porqué. Un apunte: cuando hablaba de su hija Quintana y decía esa frase de “Estás a salvo. Estoy aquí” me evocaba tanto a Maggie O’farrell y su último relato en su libro “Sigo aquí”… + Leer más |
La vida de Joan Didion dio un vuelco la noche del 30 de diciembre de 2003. A la repentina muerte de su marido, el también escritor John Gregory Dunne, le siguió un año de pensamiento mágico sobre el que la autora reflexiona en este honesto y valiente testimonio sobre el duelo. Ese «pensamiento mágico» era la creencia irracional de que Dunne iba a regresar. Una idea que le impedía tirar sus zapatos, porque los iba a necesitar. También, de forma inconsciente, Didion pensaba que sus propias acciones tenían relación con la muerte de su marido. O lo que es lo mismo, que de alguna manera mágica ella podría haber evitado que sucediera, o tendría la capacidad de devolverle a la vida. Lo inesperado de la muerte de Dunne, y los serios y continuos problemas de salud que vivió su hija Quintana a lo largo de ese mismo año, ayudan en parte a entender este pensamiento mágico que se adueñó de Didion. Pero, en realidad, un cierto grado de locura transitoria forma una parte bien documentada del proceso de duelo. Frente al dolor de la pérdida, las personas nos aferramos a una ilusión de control, a una superstición que nos consuela aunque vaya contra nuestra lógica. Este libro es un esfuerzo de Didion por racionalizar sus propios pensamientos, pero su dolor se desprende de cada página sin cortapisas. Es un texto analítico y emocional a partes iguales, que otorga al lector una claridad muy necesaria sobre las emociones y el estado mental de quienes se enfrentan a la pérdida de un ser querido. Enlace: http://nextlibris.es/el-ano-.. + Leer más |
Terminé este libro hace un par de días y aún siento un nudo en la garganta. Como la mayoría de libros que escogí este año, lo compré sin saber muy bien de qué trataba, y tengo que confesar que lo he leído de forma intermitente a lo largo de varios meses pues, a pesar de que me ha encantado, es un relato desgarrador y duro sobre la pérdida de un ser querido, y en muchas ocasiones se me hacía muy difícil seguir con la lectura. Joan Didion escribió El año del pensamiento mágico en el transcurso del primer año del fallecimiento de su marido. En vísperas de año nuevo del 2003, al volver del hospital en el que su hija estaba en un coma inducido, John Dunne se sienta a la mesa para cenar y muere repentinamente. Durante este primer año de ausencia, Didion intenta recordar y revivir esos momentos anteriores a su muerte: lo que se dijeron, lo que hicieron, los planes que tenían para el futuro... Pone en palabras sentimientos, pensamientos y acciones en los que caemos cuando pasamos por un duelo. Y me sorprendió verme reflejada en ellos, en esos pensamientos repetitivos, casi obsesivos, de Didion en reconstruir y rememorar los días previos, los instantes que preceden a la muerte de una persona cercana. Porque, como dice, en ellos, las personas que ya no están existían, seguían con nosotros. Y a eso es a lo que queremos aferrarnos. + Leer más |
¿En que año nació Marcel Proust?