La mejor voluntad de Jane Smiley
Había un interés ahí que me pregunto si he sentido yo alguna vez, el interés de un espectador que no radica en la aprobación o la desaprobación. A ella le gusta ver a Annabel actuar. A mí me gusta ver a Tom actuar como es de bido. En aquel momento parecían ope rar causa y efecto: si hubiese esperado más de Annabel, Annabel se habría com portado mejor. Pero ahora, aunque lo sé, siento envidia de su placer, como envi dias a un amigo que crees que ya no tiene edad para amoríos y se enamora de nuevo, o prueba un licor delicioso y extraño que no está al alcance de tu bolsillo.
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