El Señor de los Anillos I: La comunidad del anillo de J. R. R. Tolkien
No conozco a la mitad de ustedes, ni la mitad de lo que querría, y lo que yo querría es menos de la mitad de lo que la mitad de ustedes merece.
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El Señor de los Anillos I: La comunidad del anillo de J. R. R. Tolkien
No conozco a la mitad de ustedes, ni la mitad de lo que querría, y lo que yo querría es menos de la mitad de lo que la mitad de ustedes merece.
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El Señor de los Anillos I: La comunidad del anillo de J. R. R. Tolkien
Tres anillos para los Reyes Elfos bajo el cielo. Siete para los Señores Enanos en casas de piedra. Nueve para los Hombres Mortales condenados a morir. Uno para el Señor Oscuro, sobre el trono oscuro en la Tierra de Mordor donde se extienden las sombras. Un anillo para gobernarlos a todos. Un Anillo para encontarlos, un Anillo para atraerlos a todos y atarlos en las tinieblas en la Tierra de Mordor donde se extienden las sombras. |
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Beowulf de J. R. R. Tolkien
[...] el destino de todos los hombres de vivir por un tiempo breve en un mundo en el que todo se marchita y queda relegado al olvido.
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Beowulf de J. R. R. Tolkien
Tú eres el último de nuestra casa, el final de la línea de Wægmund. El destino ha barrido a todos los de mi linaje, hombres valerosos y buenos, llevándoselos hasta su señalado final: ¡debo seguirlos!
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Beowulf de J. R. R. Tolkien
Quédate tú, Tierra, este rico tesoro de guerreros, ya que los poderosos no pudieron hacerlo. ¡Oh!, ¡hace tiempo que lo encontraron en ti aquellos hombres de bien! La muerte en batalla, cruel y funesto daño, se llevó a cuantos eran mortales de entre los míos, sí, todos dejaron la vida, la alegría de los guerreros en el salón. No tengo conmigo a nadie que pueda blandir espada o usar la bruñida copa laminada y las preciosas vasijas de bebida. La hueste orgullosa ha desaparecido. Ahora el duro yelmo, adornado en oro, será desprovisto de sus láminas. Los que deberían bruñirlo, quienes habrían de limpiar su visera para la batalla, están dormidos, y la armadura, que bien soportó la dentellada de las férreas espadas en la guerra, entre atronadores escudos, se descompone ahora igual que su portador. La cota anillada ya no viajará acompañando a un príncipe guerrero por todas partes, junto a los poderosos. Ya no suena felizmente el arpa, ni da su alegría un instrumento musical, no queda ningún buen halcón que sobrevuele la sala, ni veloz corcel que cruce los patios. La ruinosa muerte a expulsado de aquí a muchos de los vivos.
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Beowulf de J. R. R. Tolkien
No es fácil escapar de la muerte, que lo intente quien quiera, pues al final llegará al lugar señalado por el destino inevitable que ha sido dispuesto para los vivos
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El Hobbit de J. R. R. Tolkien
Las cosas que es bueno tener y los días que se pasan de un modo agradable se cuentan muy pronto, y no se les presta demasiada atención; en cambio, las cosas que son incómodas, estremecedoras, y aún horribles, pueden hacer un buen relato, y además lleva tiempo contarlas.
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El Señor de los Anillos III. El Retorno del Rey de J. R. R. Tolkien
El sol subía. Abajo, en el valle, las nieblas se habían levantado, y las últimas se alejaban flotando como volutas de nubes blancas arrastradas por la brisa que ahora soplaba del este, y que sacudía y encrespaba las banderas y los estandartes blancos de la ciudadela. A lo lejos, en el fondo del valle, a unas cinco leguas a vuelo de pájaro, el Río Grande corría gris y resplandeciente desde el nordeste, describiendo una vasta curva hacia el sur, y volviendo hacia el oeste antes de perderse en una bruma centelleante; más allá, a cincuenta leguas de distancia, estaba el Mar
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El señor de los anillos de J. R. R. Tolkien
Tres anillos para los Reyes Elfos bajo el cielo. Siete para los Señores Enanos en casas de piedra. Nueve para los Hombres Mortales condenados a morir. Uno para el Señor Oscuro, sobre el trono oscuro en la Tierra de Mordor donde se extienden las Sombras Un Anillo para gobernarlos a todos. Un Anillo para encontrarlos, un Anillo para atraerlos a todos y atarlos en las tinieblas en la Tierra de Mordor donde se extienden las Sombras |
El Hobbit de J. R. R. Tolkien
Los caminos siguen avanzando, sobre rocas y bajo árboles, por cuevas donde el sol no brilla, por arroyos que el mar no encuentran, sobre las nieves que el invierno siembra, y entre las flores alegres de junio, vist de sobre la hierba y sobre la piedra, bajo los montes a la luz de la luna. Los caminos siguen avanzando bajo las nubes, y las estrellas, pero los pies que han echado a andar regresan por fin al hogar lejano. Los ojos que fuegos y espadas han visto, y horrores en salones de piedra, miran al fin las praderas verdes, colinas árboles conocidos. |
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El silmarillion de J. R. R. Tolkien
Así empezó la Tercera Edad del Mundo, después de los Días Antiguos y los Años Oscuros;y había todavía esperanza en aquel tiempo y el recuerdo de la alegría, y el Árbol Blanco de los Eldar floreció muchos años en el patio de los Reyes de los Hombres, porque el vástago que había salvado, Isildur lo plantó en la ciudadela de Anor en memoria de su hermano antes de abandonar Gondor. Los servidores de Sauron fueron derrotados y dispersados, pero no del todo destruidos ; y aunque muchos Hombres se apartaron del mal y se convirtieron en súbditos de los herederos de Elendil, muchos más recordaban a Sauron en sus corazones y odiaban los Reinos del Occidente. La Torre Oscura fue derrumbada, pero sus cimientos perduraron, y no se olvidó.
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La Caída de Gondolin de J. R. R. Tolkien
-Pero ten en cuenta-le dijo-que en la armadura del Hado (como los hijos de la Tierra lo llaman) hay siempre una hendedura y en los muros del Destino una brecha hasta la plena consumación que vosotros llamáis el Fin. Así será mientras yo persista, una voz secreta que contradice y una luz en el sitio en que se decretó la oscuridad.
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Los hijos de Húrin de J. R. R. Tolkien
Porque el hombre que huye de lo que teme acaba comprobando que solo ha tomado un atajo para encontrarse con ello.
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Los hijos de Húrin de J. R. R. Tolkien
-Muy bien: si ésas fueron las palabras del hijo de Húrin, ha de ser fiel a ellas e irse. Pero cada vez que digo que haré esto o lo otro resulta ser muy diferente llegado el momento. Ahora ya no deseo hacer lo. que dije. Debo tener cuidado con lo que digo. -Sería mejor, en verdad -dijo Sador-. Así lo enseñan muchos hombres y pocos lo aprenden. Déjense en paz los días que aún no se ven. El de hoy es más que suficiente. |
Los hijos de Húrin de J. R. R. Tolkien
-Ten piedad de él, pese a todo-le aconsejo Húrin-. Una mano honesta y un corazón sincero también pueden equivocarse; y el daño autoinfligido puede ser más duro de sobrellevar que la obra de un enemigo.
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El Hobbit de J. R. R. Tolkien
La mayor aventura es la que nos espera. Hoy y mañana aún no se han dicho. Las posibilidades, los cambios son todos vuestros por hacer. El molde de su vida en sus manos está para romper
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¿Cómo se llama el mundo creado por Tolkien en sus obras?