El guardián entre el centeno de J. D. Salinger
No cuenten nunca nada a nadie. En el momento en que uno cuenta cualquier cosa, empieza a echar de menos a todo el mundo.
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El guardián entre el centeno de J. D. Salinger
No cuenten nunca nada a nadie. En el momento en que uno cuenta cualquier cosa, empieza a echar de menos a todo el mundo.
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El guardián entre el centeno de J. D. Salinger
Lo que distingue al hombre insensato del sensato es que el primero ansía morir orgullosamente por una causa, mientras que el segundo aspira a vivir humildemente por ella.
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El guardián entre el centeno de J. D. Salinger
Los libros que de verdad me gustan son esos que cuando acabas de leerlos piensas que ojalá el autor fuera muy amigo tuyo para poder llamarle por teléfono cuando quisieras.
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El guardián entre el centeno de J. D. Salinger
“Encantadores”. Esa es una palabra que no aguanto. Suena tan falsa que me dan ganas de vomitar cada vez que la oigo
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El guardián entre el centeno de J. D. Salinger
Hay cosas que no deberían cambiar, cosas que uno debería poder meter en una de esas vitrinas de cristal y dejarlas allí tranquilas. Sé que es imposible, pero es una pena.
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El guardián entre el centeno de J. D. Salinger
No sé por qué hay que dejar de querer a una persona sólo porque se ha muerto. Sobre todo si era cien veces mejor que los que siguen viviendo.
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El guardián entre el centeno de J. D. Salinger
Para conocer a una chica no hace falta acostarse con ella.
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El guardián entre el centeno de J. D. Salinger
No sé por qué hay que dejar de querer a una persona sólo porque se ha muerto. Sobre todo si era cien veces mejor que los que siguen viviendo.
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El guardián entre el centeno de J. D. Salinger
Los libros que de verdad me gustan son esos que cuando acabas de leerlos piensas que ojalá el autor fuera muy amigo tuyo para poder llamarle por teléfono cuando quisieras.
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¿Qué objetousaron como traslador en el Mundial de Quidditch?