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EL HOMBRE DEL BICENTENARIO. de Isaac Asimov
En este tribunal se ha dicho que sólo un humano puede ser libre.-dijo el robot Andrew- Yo diría que sólo quien desee la libertad puede ser libre. Yo deseo la libertad. - No tenemos derecho a negar la libertad a ningún objeto con una mente lo suficientemente avanzada como para comprender ese concepto y desear ese estado. El Tribunal Mundial ratificó más tarde ese veredicto |
EL HOMBRE DEL BICENTENARIO. de Isaac Asimov
Corría el año 2005 y la población de la Tierra sumaba seis mil millones de habitantes. De no ser por las hambrunas, la cifra alcanzaría los siete mil millones. Mil millones de seres humanos habrían muerto de hambre en la pasada generación, y muchos más correrían aún igual suerte Isaac Asimov, 1975 |
EL HOMBRE DEL BICENTENARIO. de Isaac Asimov
¿Será preciso que le recuerde que nuestras máquinas resolvieron la crisis ecológica hace un siglo? Isaac Asimov 1974 |
EL HOMBRE DEL BICENTENARIO. de Isaac Asimov
Un robot no tiene derecho a decidir que tal o tal persona es inferior. Si el robot acepta las órdenes de A con preferencia a las de B, B queda calificado como una persona menor importante que A, lo que atenta contra sus derechos humanos.
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Bóvedas de acero de Isaac Asimov
El aumento del conocimiento sin propósito, sin embargo, que es a lo que creo que en realidad te refieres con la palabra «curiosidad», es simplemente poco eficiente. He sido diseñado para evitar la ineficiencia.
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El Imperio Romano de Isaac Asimov
Finalmente, en 14 (767 A.U.C.), Augusto yacía en su lecho de muerte. Tenía setenta y siete años y había reinado cuarenta y tres. Entre sus últimas palabras dirigidas a quienes le rodeaban, se cuentan las siguientes: "¿Creéis que he desempeñado bien mi papel en la vida? Si es así, aplaudid" |
Segunda Fundación de Isaac Asimov
Siempre resulta fácil explicar lo desconocido por medio de una voluntad sobrehumana y arbitraria. Se trata de un fenómeno muy humano.
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Segunda Fundación de Isaac Asimov
—He intentado mostrarle mis propias dudas, no una vez, sino muchas. Se las he gritado al oído y usted ha preferido seguir el consejo de los demás porque halagaba más su vanidad. Las cosas han ido aún peor de lo que me temía. Si ahora tampoco quiere escucharme, dígamelo, señor, y me marcharé, y a su debido tiempo serviré a su sucesor, cuyo primer acto será sin duda alguna la firma de un tratado de paz.
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Hacia la Fundación de Isaac Asimov
–La gente ha creído en ellas desde el comienzo de la historia. La palabra «dioses» es de origen desconocido. Al parecer es un residuo de algún lenguaje primigenio del que ya no queda otro rastro. ¿Sabes cuántas variedades de creencias en dioses existen? –Yo diría que aproximadamente tantas como variedades de idiotas existen entre la población galáctica. |
Hacia la Fundación de Isaac Asimov
Puede que no haya leído mucho, un Emperador no tiene mucho tiempo para leer, pero conozco la suficiente historia imperial para saber que ha habido bastantes casos de individuos llamados populistas que se han adueñado del poder en el último par de siglos. Todos y cada uno de ellos convirtieron al Emperador reinante en una mera figura decorativa. No deseo verme convertido en algo parecido, Demerzel.
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Preludio a la Fundación de Isaac Asimov
Andar es el mejor modo de transporte en las distancias cortas, el más conveniente, más barato y más sano. Incontables años de avances tecnológicos no han podido cambiar esto…
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Preludio a la Fundación de Isaac Asimov
¿Por qué, se preguntó, había gente que pasaba sus vidas sin intentar encontrar respuesta a sus preguntas? ¿Ni siquiera pensando en sus preguntas? ¿Había algo mejor en la vida que buscar respuestas?
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Yo, Robot de Isaac Asimov
Francis Quinn era un político de la nueva escuela. Eso, desde luego, es una expresión sin sentido, como todas las expresiones de este tipo. La mayor parte de las “nuevas escuelas” que tenemos eran duplicadas de la vida social de la antigua Grecia y quizá, si supiésemos más sobre ellas, de la vida social de la atigua Sumeria y de las viviendas lacustres de la Suiza prehistórica.
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Yo, Robot de Isaac Asimov
Toda la vida normal, Peter, consciente o no, se resiste al dominio. Si el dominio es por parte de un inferior o de un supuesto inferior, el resentimiento se hace más fuerte. Físicamente, y hasta cierto punto mentalmente, un robot, cualquier robot, es superior a un ser humano. ¿Que lo hace esclavo, pues ? ¡Sólo la Primera Ley!
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Yo, Robot de Isaac Asimov
Contando exactamente, la manufactura de un solo ejemplar de cerebro positrónico requiere setenta y cinco mil doscientas treinta y cuatro operaciones, y cada una de ellas depende separadamente de un cierto número de factores, de cinco a ciento cinco.
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Yo, Robot de Isaac Asimov
- ¿Has oído? Son los de tiempos de los primeros robots parlantes, cuando parecía que serían prohibidos en la Tierra. Los fabricantes lucharon contra esto e imbuyeron a las malditas máquinas de sanos instintos de esclavitud.
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Yo, Robot de Isaac Asimov
- ¿Que edad tiene usted? - quiso saber. - Treinta y dos años – respondí. - Entonces, no puede recordar los tiempos en que no había robots. La humanidad tenía que enfrentarse con el universo sola, sin amigos. Ahora tiene seres que la ayudan; seres más fuertes que ella, más útiles, más fieles, y de una devoción absoluta. ¿Ha pensado usted en ello bajo este aspecto? |
Fundación e Imperio de Isaac Asimov
Ha pasado casi un siglo desde la última crisis, y durante este siglo se han reproducido en la Fundación todos los vicios del Imperio. ¡La inercia! Nuestra clase dirigente sólo conoce una ley: no cambiar. ¡El despotismo! Sólo conoce una regla: la fuerza. ¡La mala distribución! Sólo conoce un deseo: conservar lo que tiene.
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Fundación e Imperio de Isaac Asimov
—El asesinato no es la solución, Devers. Una vez lo probé, bajo provocación, cuando tenía veinte años, pero no resolvió nada. Liquidé a un malvado de Siwenna, pero no al yugo imperial; y era el yugo y no el malvado lo que importaba.
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¿En qué año se publicó?