Otra vuelta de tuerca de Henry James
Aunque perdiéramos todo, necesitábamos no perder la cabeza --cosa difícil, en verdad, pues parecía lo menos discutible de la prodigiosa aventura--.
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Otra vuelta de tuerca de Henry James
Aunque perdiéramos todo, necesitábamos no perder la cabeza --cosa difícil, en verdad, pues parecía lo menos discutible de la prodigiosa aventura--.
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Los embajadores de Henry James
"Vive todo lo que puedas; no hacerlo es un error. No importa demasiado lo que hagas en particular, siempre que tengas una vida. Si no has tenido eso, ¿qué es lo que has tenido?.
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Londres de Henry James
He reseñado que el amante de Londres ama cuanto encuentra en la ciudad, pero no me abstendré de reseñar que esta simpatía tiene sus gradaciones, ni de comentar que el sentimiento del autor de estas páginas nunca ha ido hasta el extremo de apreciar el denso movimiento del carnaval británico.
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El mentiroso de Henry James
¿Permanecería sentada, presa de secretos tormentos, mientras veía cómo su marido ejecutaba saltos mortales, o, al contrario, se habría vuelto ella tan perversa como para considerar adecuado deslumbrar a la galería aun a costa del propio honor?
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Londres de Henry James
Uno se siente a veces en peligro de ponerse a pensar con cierta mezquindad sobre la personalidad de los hombres. La cantidad, por así decirlo, ha engullido toda calidad, y la perpetua sensación de que otros codos y otras rodillas se hincan en los propios incita un intenso anhelo del desierto. Ésta es la razón por la cual la perfección consumada del lujo, en Inglaterra, no es otra que poseer un "parque", una soledad artificial. Internarse en medio de unas cuantas decenas de hectáreas de hierba tachonada de robles y mantener al gentío a distancia, fuera al menos de la zona de sombra, equivale a disfrutar de una comodidad que por las circunstancias llega a ser muy peculiarmente preciada.
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Londres de Henry James
(...) se trata de un carnaval atildado, decoroso, no precisamente barato, protestante, en el que las máscaras no son de terciopelo o de seda, sino de carne y hueso, maravillosamente engañosas, por ser esos los materiales que forman las constituciones más hermosas del mundo.
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Londres de Henry James
Creo que el romance de una tarde de invierno en Londres surge en parte del hecho de que, cuando no queda del todo engullida por la negrura, la luz difusa de la farolas adquiere ese matiz de hospitalidad.
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Otra vuelta de tuerca de Henry James
Se trataba, debo mencionarlo, de una aparición que tuvo lugar en una casa tan antigua como aquella en que nos reuníamos.
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Los papeles de Aspern de Henry James
La hipocresía y la duplicidad son mi única oportunidad. Lamento tener que hacerlo, pero no hay bajeza que no esté dispuesto a cometer por Jeffrey Aspern.
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Los papeles de Aspern de Henry James
Sin embargo, estas palabras pronunciadas en una noche de verano, causaron en mí una honda emoción. Sonaron en mis oídos como el suave crepitar de una vieja carta de amor en el momento de abrirse.
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Londres de Henry James
Existía cierta maravilla, desde luego, en el hecho de que Inglaterra resultara todo lo inglesa que, para mí disfrute, de estaba tomando la molestia de ser (...) Parece encontrarse aún presente como un visitante, tal como la encontré sentada frente a mi a la mesa del desayuno (...)
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Otra vuelta de tuerca de Henry James
Los verdaderos caballeros, cuyas historias tanto nos gusta leer, jamás se aprovechaban demasiado de una ventaja.
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Cuatro Encuentros de Henry James
"Usted sufre de la enfermedad americana por excelencia, y la sufre «a lo grande»: el apetito, mórbido y monstruoso, de colores y de formas, de lo pintoresco y lo romántico a cualquier precio. No sé si llegamos al mundo con esa enfermedad, con la semilla implantada, como si precediera toda experiencia; quizá más bien la cogemos pronto, antes casi de desarrollar nuestra consciencia; es como si sintiéramos, cuando miramos a nuestro alrededor —para salvar nuestras almas o, al menos, nuestros sentidos—, que vamos a tener que valernos de ella. Somos como unos viajeros en el desierto, privados de agua y sujetos a un terrible espejismo, al tormento de la ilusión, de la sed acuciante. Ellos oyen el chapoteo del agua, ven jardines verdes y huertos que están a cientos de kilómetros. Así nos pasa a nosotros con nuestra sed; sólo que en nuestro caso es más maravilloso: tenemos ante nosotros siempre las bellezas que nunca hemos visto, y cuando al final las vemos (¡si tenemos suerte!), simplemente las reconocemos. Lo que la experiencia hace es meramente confirmar y consagrar nuestro confiado sueño". + Leer más |
Washington Square de Henry James
«Cuando Catherine cumpla los diecisiete —se decía—, Lavinia tratará de persuadirla de que algún joven con bigote está enamorado de ella. Y será del todo falso: ningún joven, con bigote o sin él, se enamorará jamás de Catherine. [...] Catherine no se dará cuenta, y tampoco lo creerá, por fortuna para su paz de espíritu. La pobre Catherine no es romántica.».
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Lo más selecto de Henry James
Planeó un recorrido general de inspección de las iglesias antiguas de la City y una peregrinación por los extraños lugares celebrados por Dickens. Debe añadirse que, si bien sus intenciones eran grandes, hasta el momento sus aventuras habían sido pequeñas.
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Retrato de una dama de Henry James
Llamo a la gente “rica” cuando son capaces de satisfacer las necesidades de su imaginación.
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Otra vuelta de tuerca de Henry James
Veían cosas terribles e inenarrables, resultado de las atroces relaciones existentes en el pasado.
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Otra vuelta de tuerca de Henry James
¿Era realmente aquella mansión un castillo de hadas y estaba yo soñando? No, no era más que un viejo edificio apenas adaptado a las necesidades de la vida moderna, un caserón cuyos escasos habitantes se sentían tan perdidos como en las bodegas de un gran barco. ¡Y era yo la encargada de llevar el timón!
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Los papeles de Aspern de Henry James
Su tía y usted son peores que esas carmelitas que viven encerradas en sus celdas. ¿Le importaría explicarme cómo sobreviven sin aire, sin ejercicio, sin ninguna clase de contacto humano? No entiendo siquiera cómo siguen con vida. Me miró como si hubiese hablado en un idioma desconocido, y su respuesta fue tan escueta que suscitó mi irritación: —Nos acostamos muy temprano… mucho más temprano de lo que se figura. —Estaba yo a punto de añadir que eso sólo contribuía a ahondar el misterio, cuando me proporcionó un poco de alivio diciendo—: Antes de su llegada, no vivíamos tan recluidas. Pero nunca he salido de noche. |
Otra vuelta de tuerca de Henry James
Sólo permaneció unos cuantos segundos, los bastantes para convencerme de que él también me veía y reconocía; pero fue como si pasara años mirándolo y lo conociera desde siempre.
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¿Por que decidió irse al internado Miles?