Mil lugares donde encontrarte de Gray Claudia
Los recuerdos duelen, y lo odio, odio que los buenos recuerdos se hayan convertido en algo doloroso.
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Mil lugares donde encontrarte de Gray Claudia
Los recuerdos duelen, y lo odio, odio que los buenos recuerdos se hayan convertido en algo doloroso.
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Mil lugares donde encontrarte de Gray Claudia
Dicen que el tiempo todo lo cura; sin embargo, sé que es mentira. Lo que la gente quiere decir en realidad es que, con el tiempo, te acostumbras al dolor. Olvidas quién eras cuando no lo sentías, olvidas qué aspecto tenías sin las cicatrices.
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Adicción de Gray Claudia
―Te equivocas. Lo haría. ―Se acercó más a mí hasta que nuestros rostros casi se tocaron―. Estás más enamorada de Lucas Ross que nunca, y yo no puedo hacer nada para cambiarlo. Eso no significa que no disfrute estando cerca de ti
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Medianoche de Gray Claudia
No quería quedarme a ver como caías en las garras de esa gente, una chica tan dulce como tú. Sobre todo sin poder hacer nada al respecto
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Contra las estrellas de Gray Claudia
Lo contrario de la fe no es la duda. Lo contrario de la fe es la certeza.
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Contra las estrellas de Gray Claudia
Ella también tiene sentimientos. A veces le gustaría volverse del revés para que la gente viera lo bueno antes que lo malo.
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Contra las estrellas de Gray Claudia
—De eso nada. Es una cuestión de fe. —Seguro que aún tienes dudas. —Lo contrario de la fe no es la duda. Lo contrario de la fe es la certeza. |
Contra las estrellas de Gray Claudia
—Génesis no es solo el planeta en el que vivimos. Es lo que creemos. Una victoria conseguida gracias al sacrificio de un inocente no es una victoria. Sería nuestro final.
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Aguas oscuras de Gray Claudia
Sé que esta noche lloraré hasta que me venza el sueño. Luego solo me quedará un día de travesía que soportar. Pediré a Myriam que me acompañe a pasear por cubierta. Bailaré en el comedor de tercera clase. Puede que mañana por la noche, cuando Ned esté libre, hable un poco más con él y me despida como es debido. No será tan duro.
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Aguas oscuras de Gray Claudia
—No importa. Me alegro de verte. —Está tan contento… ¿Cómo es posible que su confianza en mi haya aumentado al mismo tiempo que mi miedo? Con renovada energía, se asoma a la cubierta—. Papá, ¿Tess y tú habéis…? —La voz se le quiebra, y caigo en la cuenta de lo que acaba de ver sobre la mesa: la postal de Gabrielle Dumont.
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El retrato de Dorian Gray