Estamos ante una novela que habla del cuerpo y desde el cuerpo, Sanguínea es la historia de una mujer que intenta sobrevivir la crisis personal que le produce su divorcio y se ve envuelta en escenarios y relaciones salvajes, tiernas y descaradamente humanas. Aquí la emoción, la sensualidad, el erotismo y la crudeza reflejan la fuerza de un cuerpo que vive, sufre, goza, ama, duele y sobre todo, resiste. Novela que cuestiona las relaciones sociales, la maternidad y los tabúes sobre el cuerpo femenino.
02/09/2020
¿Cuál fue tu primer contacto con la escritura?
Escribo diarios desde que soy niña: un día, creo que a los ocho años, mi mamá me regaló mi primer diario, y desde ahí arrancó, nunca más dejé esa práctica, ese tiempo dedicado para la narración íntima y para el registro de mis vivencias.
¿De qué manera se ve inmersa tu experiencia como dramaturga en tu forma de hacer ficción, de escribir narrativa?
Empecé haciendo teatro desde la actuación, luego me interesó la puesta en escena y la dirección y finalmente sentí la necesidad de escribir a partir de las imágenes que se iban creando junto a otros, en el escenario. Hago este preámbulo para decir que la escritura teatral pasó por un procesos de aproximación al cuerpo y a la materialidad del teatro,además de que ocurrió de un modo profundamente colectivo. Escribir para los cuerpos tiene implicaciones de ritmo, de movimiento, de disposición espacial que ensayé, junto a mis compañeras, en la escena. Ese modo de la escritura sin duda se permeó a todo lo que vino después: primero los cuentos y luego la novela.
Sanguínea es tu primera novela ¿cuál es su germen?, ¿dónde surge su escritura?
Sanguínea surge de una colección de imágenes que fui anotando mientras intentaba procesar el dolor del divorcio. Eran imágenes que me asaltaban y a través de ellas, yo intentaba comprender cómo se fraguó mi educación sentimental, ese aprendizaje cultural en medio del cual mi cuerpo había negociado una idea del amor que se derrumbaba, pero que a la vez impulsaba un aprendizaje que necesitaba narrarse. Sanguínea es, en ese sentido, la narración de ese puñado de imágenes y emociones paradójicas que en el territorio de la ficción se expandieron.
La novela narra la pérdida desde la voz de una mujer que se enfrenta a una gran crisis sentimental. Hay un sentimiento de derrota y orfandad profundo en esta historia ¿Nos puedes contar un poco más sobre esto?
La derrota y la orfandad son experiencias constitutivas de la vida y del afecto (creo). La orfandad es quizá, para mí, la emoción inaugural, una suerte de impulso primero que sentí y marcó mi relación con el mundo. Es desde esa indigencia que se abren las posibilidades del encuentro y claro, siempre, del dolor porque el amor fracasa una y otra vez. Pero, y por suerte, esa derrota se acompaña de otros afectos que habilitan el goce, la alegría, la posibilidad de alguna restitución que aunque provisional, nos sostiene y nos arroja de nuevo hacia la vida. Desde esa perspectiva, Sanguínea narra esa pérdida, pero también las formas en las que el cuerpo se empecina por la vida y por las posibilidades del afecto que surgen en medio del derrumbe y que redimen.
Estamos ante una novela atravesada por la sangre, la menstruación, los fluidos, la experiencia del cuerpo en manifestación constante ¿Crees que este ha sido un tema tabú en la literatura?, ¿deja de serlo en tu escritura?
Hay ciertos temas que se instalan como una suerte de supersticiones culturales y que han sido tratados de manera marginal por el arte. La menstruación siento que ha sido uno de ellos. A pesar de ser un acontecimiento que marca nuestra vida no creo que ha tenido un espacio dentro de la narración de lo femenino como no lo han tenido los fluidos y la piel cuando se trata de narrar los cuerpos y el deseo. Eso me interesaba, no sé si como una ruptura del tabú, pero sí desde una apertura a las posibilidades de una enunciación concreta de como se singulariza la experiencia sensual. No me censuro cuando escribo, al contrario, le doy salida a todo lo que siento que está represado por una cierta corrección cultural y política.
La novela también aborda la educación sentimental de una generación que crece en los noventa, llena de drama, miedo, cursilería y otras cosas aprendidas de las telenovelas ¿es parte de tu experiencia personal?
Sí, mi educación sentimental como la de mi generación estuvo marcada por la telenovela. Siempre digo que la banda sonora de mi infancia eran las entradas musicales de esas novelas. Soy parte de una generación de mujeres cuyas madres ya salieron a trabajar, se divorciaron, se independizaron y tuvieron que encargar la crianza de los hijos a otras mujeres. Yo por ejemplo, crecí con una abuela que cosía y veía telenovelas todo el día y me formé sentimentalmente con esos discursos y esas imágenes. Me interesaba situarme en esa experiencia para intentar una narración desde ahí, que consciente de esa cursilería, la asume como parte ineludible de su experiencia afectiva pero que también con una distancia crítica que observa la estructura perversa de esos modos del amor
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La mujer de esta novela parece tener muchas obsesiones ¿Cuáles serían las tuyas en relación a la escritura y al lenguaje?
No sé si tengo obsesiones en relación a la escritura y al lenguaje. Cuando escribo me dejo sorprender por lo que la escritura habilita en mí, una suerte de arqueología personal que siempre recurre a la infancia y encuentra ahí su potencia poética. También porque la memoria es un territorio que misteriosamete se articula en relación al presente y es siempre una actualización que mide sus fuerzas con el porvenir y a partir de la cual, se puede, observar el devenir de nuestro mundo. Con respecto al lenguaje puedo decir que me interesa mucho la oralidad, la captura del habla en su potencia viva e incorrecta, en su forma de ser experiencia del cuerpo en el mundo. Me interesa que la escritura escuche al habla. Eso intento cuando escribo: escuchar la voz o las voces, las conversaciones que se activan y actualizan cuando escribo y capturarlas de la manera más transparente posible.
La narración en Sanguínea no se detiene, la escritura está basada en las sensaciones de la protagonista mientras la vida le sucede como un monólogo interior y también como un diario íntimo ¿son propios en tu propuesta estética estos registros?
Como lo comenté en la primera pregunta el diario personal fue mi primer lugar de escritura y de contacto conmigo y marcó mi forma de escribir. La primera persona que he explorado para narrar la elijo porque siento que en esa forma se abre una extrañeza que me permite tensionar la ficción. Es también asumir la dificultad de hablar desde otros o de pretender representaciones contundentes o totalizadoras: prefiero las narraciones fragmentadas, que se reconocen impotentes y menores frente a cualquier relato posible. Hablo siempre desde mí pero intentando observar ahí la multiplicidad de cuerpos que encuentro, la voces que me acompañan y me habitan, todo lo heterogéneo que se habilita en mí a partir de las relaciones y los afectos.
Si bien la novela pone el ojo en un matrimonio que termina y en las relaciones que esta mujer descubre y cultiva a raíz de esta situación, aparece a lo largo de la historia un personaje, la amiga que le da fuerza y la acompaña ¿qué es lo que salva en la amistad que se encuentra en otro tipo de vínculos?
La amistad es una forma del amor a la que le tengo toda la fe. Siento que la caída es posible, o al menos lo ha sido para mí, gracias a la contención de la amiga, a la complicidad que se fragua alrededor de la fiesta, de la celebración, del baile pero que sostiene en el momento de la desolación y la pérdida. Es una apuesta política la amistad (genuina) en tanto desafía los valores utilitarios de nuestro mundo y se oponen a sus modos transaccionales.
La novela ha sido publicada en Ecuador por Severo Editorial y ahora llega a España de la mano de Candaya ¿Nos puedes contar un poco sobre el proceso de edición de la novela aquí?
Los dos procesos de edición han sido sumamente amables. En el caso de la edición con Candaya se hicieron algunos cambios pero dentro de un marco de respeto por el texto y por todos los localismos que están en él, es la apuesta de Candaya por asumir todo el riesgo que implica publicar un texto de estas características y se agradece que así sea.
¿En qué proyecto literario estás trabajando actualmente?
Terminé recién un libro de cuentos al que aún le falta un largo proceso de edición. Estoy comenzando a escribir una novela y está próximo a salir un libro de teatro con una última obra que escribí este año.
Gabriela Ponce y sus lecturas
¿Qué libro te incentivó a escribir?
Los cuentos de Clarice Lispector.
¿Qué autor te pudo provocar dejar de escribir? (por su calidad indiscutible)
Juan José Saer.
¿Cuál fue tu primer gran descubrimiento literario?
Roberto Bolaño.
¿Qué novela relees con frecuencia?
Aprendizaje de Clarice Lispector.
¿Qué libro te da vergüenza no haber leído aún?
Molloy de Beckett.
¿Qué clásico de la literatura consideras que ha sido sobrevalorado?
No me atrevería a meterme con ningún clásico, ninguno de los que he leído me ha decepcionado.
¿Quién sería ese diamante literario que darías a conocer a nuestros lectores?
Recién leí una novelita corta de una autora alemana de principios de siglo pasado, que para mí era desconocida, Unica Zürn , que me sorprendió mucho. También leí recién a la italiana Lorenza Mazzetti y quedé fascinada.
¿Tienes una cita literaria de culto?, ¿cuál es?
No tengo una cita literaria de culto pero puedo adelantar la que será el epígrafe del libro de cuentos que acabo de concluir (y que es de Pascal Quignard): «Pero es verdad que escribir no consiste en levantar la mano hacia el cielo. Escribir es bajar la mano al suelo o a la piedra, o al plomo, o a la piel, o a la página y es anotar el mal.»
¿Qué estás leyendo actualmente?
Estoy finalizando El origen de la danza, de Pascal Quignard, un libro inclasificable y hermoso. También estoy leyendo un texto de Chantal Maillard La compasión difícil y el poemario de Yuliana Ortiz Guano, Canciones desde el fin del mundo, que me acaba de llegar y está bellísimo.
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Sanguínea, la última novela de
Gabriela Ponce, pubicado por
Candaya:
Entrevista realizada por Lucía Moscoso Rivera.