Sanguínea de Gabriela Ponce Padilla
Hubiera sido fácil leerlo como una metáfora y decir es la vida que cuando antendemos a su llamado nos chamusca. Es todo lo que nos alumbra para cegarnos. Es la pasión o quizá el poder, es lo público que ataca todo lo privado. Quiénes son las polillas: son los pueblos no contactados. Son los poetas en la vereda del tren. Es este óvulo que me duele, a punto de caer. Somos nosotros dos en ese instante [...].
|