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Bodas de sangre de Federico García Lorca
"¡Ay qué sinrazón! No quiero contigo cama ni cena, y no hay momento del día que estar contigo no quiera, porque me arrastras y voy, y me dices que me vuelva, y te sigo por el aire como una brizna de hierba. " |
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Yerma de Federico García Lorca
Maldito sea mi padre, que me dejó su sangre de padre de cien hijos. Maldita sea mi sangre, que los busca golpeando por las paredes.
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Bodas de sangre | Yerma de Federico García Lorca
Callar y quemarse es el castigo más grande que nos podemos echar encima. ¿De qué me sirvió a mí el orgullo y el no mirarte y el dejarte despierta noches y noches? ¡De nada! ¡Sirvió para echarme fuego encima! Porque tú crees que el tiempo cura y que las paredes tapan, y no es verdad, no es verdad. ¡Cuando las cosas llegan a los centros, no hay quien las arranque!
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Bodas de sangre de Federico García Lorca
Duérmete, rosal, que el caballo se pone a llorar. Las patas heridas, las crines heladas, dentro de los ojos un puñal de plata. Bajaban al río. ¡Ay, cómo bajaban! La sangre corría más fuerte que el agua. |
Bodas de sangre de Federico García Lorca
¡Porque yo me fui con el otro, me fui! (Con angustia). Tú también te hubieras ido. Yo era una mujer quemada, llena de llagas por dentro y por fuera, y tu hijo era un poquito de agua de la que yo esperaba hijos, tierra, salud; Pero el otro era un río oscuro, lleno de ramas, que acercaba a mí el rumor de sus juncos y su cantar entre dientes. Y yo corría con tu hijo que era como un niñito de agua fría y el otro me mandaba cientos de pájaros que me impedían el andar y que dejaban escarcha sobre mis heridas de pobre mujer marchita, de muchacha acariciada por el fuego. Yo no quería, ¡óyelo bien! ; Yo no quería. ¡Tu hijo era mi fin y yo no lo he engañado, pero el brazo del otro me arrastró como un golpe de mar, como la cabezada de un mulo, y me hubiera arrastrado siempre, siempre, siempre, aunque hubiera sido vieja y todos los hijos de tu hijo me hubiesen agarrado de los cabellos!
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Bodas de sangre de Federico García Lorca
Estas manos, que son tuyas, pero que al verte quisieran quebrar las ramas azules y el murmullo de tus venas. ¡Te quiero! ¡Te quiero! ¡Aparta! Que si matarte pudiera, te pondría una mortaja con los filos de violetas. ¡Ay, qué lamento, qué fuego me sube por la cabeza!
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Bodas de sangre de Federico García Lorca
Porque tú crees que el tiempo cura y que las paredes tapan, y no es verdad, no es verdad
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Romancero gitano (Ilustrado) de Federico García Lorca
La monja gitana Silencio de cal y mirto. Malvas en las hierbas finas. La monja borda alhelíes sobre una tela pajiza. Vuelan en la araña gris, siete pájaros del prisma. La iglesia gruñe a lo lejos como un oso panza arriba. ¡Qué bien borda! ¡Con qué gracia! Sobre la tela pajiza, ella quisiera bordar flores de su fantasía. ¡Qué girasol! ¡Qué magnolia de lentejuelas y cintas! ¡Qué azafranes y qué lunas, en el mantel de la misa! Cinco toronjas se endulzan en la cercana cocina. Las cinco llagas de Cristo cortadas en Almería. Por los ojos de la monja galopan dos caballistas. Un rumor último y sordo le despega la camisa, y al mirar nubes y montes en las yertas lejanías, se quiebra su corazón de azúcar y yerbaluisa. ¡Oh!, qué llanura empinada con veinte soles arriba. ¡Qué ríos puestos de pie vislumbra su fantasía! Pero sigue con sus flores, mientras que de pie, en la brisa, la luz juega el ajedrez alto de la celosía. |
Así que pasen cinco años: Leyenda del tiempo de Federico García Lorca
¿Dónde vas, amor mío, ¡amor mío! con el aire en un vaso y el mar en un vidrio? |
Así que pasen cinco años: Leyenda del tiempo de Federico García Lorca
No te busco. Te tengo a ti. Estás aquí entre mis manos, en este mismo instante, y no me puedes cerrar la puerta porque vengo mojado de por una lluvia de cinco años. Y porque después no hay nada, porque después no puedo amar, porque después se ha acabado todo.
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Así que pasen cinco años: Leyenda del tiempo de Federico García Lorca
Y una mirada antigua. Una mirada que se parte como el ala de una mariposa seca.
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Así que pasen cinco años: Leyenda del tiempo de Federico García Lorca
En mi pueblo había un muchacho que subía a la torre de la iglesia para mirar más de cerca a la luna, y su novia lo despidió.
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Así que pasen cinco años: Leyenda del tiempo de Federico García Lorca
Yo vuelvo por mis alas dejadme volver. Quiero morirme siendo ayer. Quiero morirme siendo amanecer. |
Así que pasen cinco años: Leyenda del tiempo de Federico García Lorca
La lluvia es hermosa. En el colegio entraba por los patios y estrellada por las paredes a unas mujeres desnudas, muy pequeñas que lleva dentro.
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Así que pasen cinco años: Leyenda del tiempo de Federico García Lorca
No influye lo más mínimo en mi carácter. Soy yo. Pero tú no puedes comprender que se espere a una mujer cinco años colmado y quemado por el amor que crece cada día.
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Así que pasen cinco años: Leyenda del tiempo de Federico García Lorca
Me gusta tanto la palabra recuerdo. Es una palabra verde, jugosa. Mana sin cesar hilitos de agua fría.
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Poeta en Nueva York de Federico García Lorca
............. Como nadie volvía la cabeza, el cielo pudo desnudarse. .............. |
Poeta en Nueva York de Federico García Lorca
--------- Detrás de la ventana con látigos y luces se sentía la lucha de la arena con el agua. --------- |
¿Cuáles fueron las primeras influencias que distinguen la lírica del autor?