Romancero gitano de Federico García Lorca
Vuelan en la araña gris, siete pájaros del prisma. La iglesia gruñe a lo lejos como un oso panza arriba |
Romancero gitano de Federico García Lorca
Vuelan en la araña gris, siete pájaros del prisma. La iglesia gruñe a lo lejos como un oso panza arriba |
Yerma de Federico García Lorca
Quiero beber agua y no hay vaso ni agua, quiero subir al monte y no tengo pies, quiero bordar mis enaguas y no encuentro los hilos.
|
Bodas de sangre de Federico García Lorca
No puedo escucharte. No puedo escuchar tu voz. Es como si me hubiera bebido una botella de anís y me hubiera quedado dormido envuelto en un edredón de rosas. Me arrastra, y sé que me estoy ahogando, pero sigo hacia abajo |
Poeta en Nueva York de Federico García Lorca
No preguntarme nada. He visto que las cosas cuando buscan su curso encuentran su vacío. |
|
|
Yerma de Federico García Lorca
Juan: Tú sales demasiado. ¿No me has oído decir eso siempre? Yerma: Justo. Las mujeres dentro de sus casas, cuando las casas no son tumbas. Cuando las sillas se rompen y las sábanas de hilo se desgastan de su uso. Pero aquí, no. Cada noche, cuando me acuesto, encuentro mi cama más nueva, más reluciente. Como si estuviera recién traída de la ciudad. |
Mariana Pineda de Federico García Lorca
Decirte cómo le quiero no me produce rubor. Me escuece dentro su amor y relumbra todo entero. Él ama la Libertad, y yo la quiero más que él. Lo que dice es mi verdad agria, que me sabe a miel. Y no me importa que el día con la noche se enturbiara, que con la luz que emanara su espíritu viviría. Por este amor verdadero, que muerde mi alma sencilla, me estoy poniendo amarilla como la flor del romero. |
La zapatera prodigiosa de Federico García Lorca
Las manos de mi cariño te están bordando una capa con agremán de alhelíes y con esclavina de agua. Los zapatos que tú hacías, zapatero de mi alma, son estrellas que relucen alrededor de mi cama. La luna es un pozo chico, las rosas no valen nada; lo que valen son tus brazos cuando de noche me abrazan. |
La casa de Bernarda Alba de Federico García Lorca
En este pueblo, los vecinos están siempre criticando, todos tienen malicia y nadie es de fiar.
|
Romancero gitano | Poema del cante jondo de Federico García Lorca
¡Oh ciudad de los gitanos! En las esquinas banderas. Apaga tus verdes luces que viene la benemérita. ¡Oh ciudad de los gitanos! ¿Quién te vio y no te recuerda? |
Bodas de sangre de Federico García Lorca
Leñador 1. Ahora la estará queriendo. Leñador 2. El cuerpo de ella para él y el cuerpo de él para ella. |
Juego y teoría del duende de Federico García Lorca
Todo lo que tiene sonidos negros tiene duende. Y no hay verdad más grande. Estos sonidos negros son el misterio, las raíces que clavan en el limo que todos conocemos, que todos ignoramos, pero de donde nos llega lo que es sustancial en el arte. Sonidos negros dijo el hombre popular de España, y coincidió con Goethe que hace la definición del duende al hablar de Paganini, diciendo: "Poder misterioso que todos sienten y que ningun filósofo explica. Así pues, el duende es un poder y no un obra, es un luchar y no un pensar. |
Poema del Cante Jondo / Romancero gitano de Federico García Lorca
Brisas gnomos y vientos De ninguna parte, Mosquitos de la rosa De pétalos pirámides, Alisios destetados Entre los rudos árboles, Flautas en la tormenta, ¡Dejadme! Tiene recias cadenas Mi recuerdo, Y está cautiva el ave Que dibuja con trinos La tarde. Las cosas que se van no vuelven nunca, Todo el mundo lo sabe, Y entre el claro gentío de los vientos Es inútil quejarse. ¿Verdad, chopo, maestro de la brisa? ¡Es inútil quejarse! Sin ningún viento, ¡Hazme caso! Gira, corazón; Gira, corazón. (Veleta) |
Doña Rosita la soltera o El lenguaje de las flores de Federico García Lorca
Tierna gacela imprudente alcé los ojos, te vi y en mi corazón sentí agujas estremecidas que me están abriendo heridas rojas como el alhelí. |
La casa de Bernarda Alba de Federico García Lorca
Es verdad. Está todo muy oscuro. Como tengo el pelo blanco crees que no puedo tener crías, y sí, crías y crías y crías. Este niño tendrá el pelo blanco y tendrá otro niño, y éste otro, y todos con el pelo de nieve, seremos como las olas, una y otra y otra. Luego nos sentaremos todos, y todos tendremos el cabello blanco y seremos espuma. ¿Por qué no hay espuma? Aquí no hay más que mantos de luto.
|
Bodas de sangre de Federico García Lorca
NOVIO ¿Vamos a acabar? MADRE No. No vamos a acabar. ¿Me puede alguien traer a tu padre? ¿Y a tu hermano? Y luego el presidio. ¿Qué es el presidio? ¡Allí comen, allí fuman, allí tocan los instrumentos! Mis muertos llenos de hierba, sin hablar, hechos polvo; dos hombres que eran dos geranios... Los matadores, en presidio, frescos, viendo los montes... |
Yerma de Federico García Lorca
Mi marido es otra cosa. Me lo dio mi padre y yo lo acepté. Con alegría. Esta es la pura verdad. Pues el primer día que me puse de novia con él ya pensé... en los hijos... Y me miraba en sus ojos. Sí, pero era para verme muy chica, muy manejable, como si yo misma fuera hija mía.
|
|
Mi pueblo de Federico García Lorca
Tenía frío y no pedía fuego, tenía terrible sed y no pedía agua, pedía libros, es decir horizontes, es decir escaleras para subir a la cumbre del espíritu y del corazón. Porque la agonía física, biológica, natural, d3 un cuerpo por hambre, sed o frío, dura poco, muy poco, pero la agonía drl alma insatisfecha dura toda la vida.
|
¿Cuáles fueron las primeras influencias que distinguen la lírica del autor?