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La locura de quererte de Eva Gil Soriano
—¿Y vas a dejarme tirado por un tío que no conoces? —Si lo dices de esa manera… Yo, no te cambiaría por un tío que no conozco. En realidad, no te cambiaría por ninguno sea conocido o no. |
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La locura de quererte de Eva Gil Soriano
—¿Y vas a dejarme tirado por un tío que no conoces? —Si lo dices de esa manera… Yo, no te cambiaría por un tío que no conozco. En realidad, no te cambiaría por ninguno sea conocido o no. |
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La locura de quererte de Eva Gil Soriano
(…) María Rosa, tenía que admitirlo, era una mujer de muchos recursos, no conocía la timidez y no vacilaba cuando tomaba una decisión, se la veía segura de sí misma. Le gustaba eso de ella, si no fuera porque lo sacaba de quicio y quería matarla cada diez minutos, no tendría ninguna objeción para tenerla a su lado, trabajando por supuesto.
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La locura de quererte de Eva Gil Soriano
—Los Ríos es un pueblo muy pequeño, apenas llegamos a los cien habitantes y el estanco que había cerró. Después, se hizo una reunión en el ayuntamiento y dado que casi nadie fumaba y es perjudicial para la salud, decidieron no traer máquinas de esas a los bares. —Definitivamente este no es un pueblo normal. —Claro que sí, al tener que ir tan lejos a comprarlo, algunos de los fumadores que vivían aquí lograron dejarlo. ¿No es fabuloso? —sonrió mostrándole sus perfectos dientes blancos. —Sí, fabuloso —masculló. —Quizá usted también lo consiga. Piénselo, sería un gran paso. —Olvídelo, necesito tabaco o me convertiré en un ogro muy peligroso. —Dios no lo quiera —sonrió con ganas pensando que si este era su lado amable, ¿cómo sería el malo? |
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La locura de quererte de Eva Gil Soriano
No podía dejar de pensar que el anterior director se había fugado con su secretaria, en un principio le pareció un disparate pero ahora hasta podía comprenderle. ¿Estaría el hotel maldito y los directores estaban destinados a acabar con sus secretarias? No, aquel pensamiento era una estupidez, eso no iba a ocurrir porque él era su jefe y como tal debía ser responsable de… las palabras se le fueron de la mente al recordar las curvas de Rosa. Claro que antes que jefe era hombre. ¡Maldita fuera! Antonio se dirigió hacia el baño y se lavó la cara con agua fría, tenía que despejar su mente, no dejaba de pensar en tonterías y debía levantar un hotel, esa era su prioridad y no tener una aventura romántica. |
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Zenón. Hijo del Averno de Eva Gil Soriano
De pronto se sintió más fuerte que nunca, no lucharía por su vida o por venganza, esta vez lo haría por esas personas que lo acompañaban, esas personas dispuestas a arriesgar sus vidas y combatir a su lado. No lucharía por lo que perdió, como había hecho hasta ahora, sino por lo que había encontrado y no deseaba perder.
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Más allá del recuerdo de Eva Gil Soriano
Sintiendo miedo a tocarla, levantó sus manos y rozó, a duras penas, su espalda con la yema de los dedos. Cerró los ojos y bebió de su calor, un calor que sintió levemente familiar. Un calor que, hasta ahora, no sabía que añoraba.
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Más allá del recuerdo de Eva Gil Soriano
Nada había más importante que ella, nada se comparaba a estar a su lado. Ese momento era lo más cercano que podía estar de la felicidad. No deseaba perderla y si ella no se rendía, él tampoco lo haría.
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Zenón. Hijo del Averno de Eva Gil Soriano
Zen giró la cabeza y esta vez sí la miró. Clavó sus ojos de un violeta brillante y profundo en ella, su mirada guardada un anhelo en su interior, un anhelo de amor, de cariño, de compañía.
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Zenón. Hijo del Averno de Eva Gil Soriano
-Es diferente, lo diferente no tiene por qué ser horrible.
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Más allá del recuerdo de Eva Gil Soriano
Durante este tiempo perdido, Sam no había sido más que un vagabundo errante, sin un lugar al que volver. Ahora Martina era su hogar.
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Fantasía Historica 🏛️