Aquí llego yo con mi “hate” en todo lo alto y siendo, como siempre, la nota discordante entre tanta reseña de 5 estrellas, pero es que no hay por donde coger esta historia, en serio, no. Este libro está escrito a la carrera, sin la misma pasión que los anteriores y, por momentos, hasta parece otra persona la que está detrás de sus páginas.
Los dos libros anteriores de Elena Armas me gustaron mucho, me reí, disfruté, me hicieron suspirar y me entretuvieron muchísimo. Cuando leí la sinopsis de este pensé, pueblo pequeño, protagonistas gruñones y una historia “enemies to lovers”, esto solo puede ser éxito, pero no, al menos para mí no lo ha sido.
Para empezar los personajes, Cameron se deja ver algo más y aunque su personalidad es algo compleja y no acabas de entender bien sus motivos para comportarse de determinadas maneras, bueno, es algo más llevable. ¿Pero Adalyn? Madre mía que personaje más insoportable. Además de su bipolaridad, es brusca sin motivos (incluso con niños), egocéntrica a ratos, presume de frialdad, pero luego a la primera de cambio se hunde en la miseria y anda siempre con un aire de superioridad que no hay quién la aguante. Una cosa tremenda.
Luego están los secundarios que la mayoría de las veces más que ayudar, estorban y que cuando tendrían que haberme aportado algo como lectora, aunque fuera información, lo único que han conseguido es que pusiera los ojos en blanco.
La trama, muy manida, pero que bien llevada es un éxito en este caso se queda a medio camino de todo. Y, además, hay algo que me ha sacado de quicio especialmente y es que la autora acaba los capítulos como muy bruscamente. Pasan cosas que esperas que se desarrollen más y cuando pasas la página es otro día y no sabes ni cómo, ni porqué ha acabado la acción anterior. Un caos total.
Así que con este libro la autora no me ha conquistado, ni mucho menos. No quita que la siga leyendo, dependiendo todo de por dónde vaya el siguiente libro que, aunque nos deja pinceladas de quienes van a ser los protagonistas ahora mismo necesito espacio y tiempo para olvidar este despropósito y tener ganas de volver a aventurarme con otra historia de Elena Armas.
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