El rey recibe de Eduardo Mendoza
Después de la guerra, los militares habían administrado el país como un cuartel, ahora tocaba a los civiles administrarlo como una empresa (página 63)
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El rey recibe de Eduardo Mendoza
Después de la guerra, los militares habían administrado el país como un cuartel, ahora tocaba a los civiles administrarlo como una empresa (página 63)
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El rey recibe de Eduardo Mendoza
Sobre la educación, ahora pululan por todas partes miles de graduados universitarios sin trabajo, sin dinero y sin futuro, pero convencidos de saberlo todo. Henchidos de su valía personal, se les puede embaucar con halagos y comprar con golosinas. Antes, la mayoría sabía leer y escribir lo justo, contar lo justo. El resto se lo enseñaba la tradición, la experiencia y la palabra de Dios por boca del clero. Los conocimientos se ajustaban a la condición de cada ciudadano, a su oficio, a su vida y a su medio (página 55) |
La ciudad de los prodigios de Eduardo Mendoza
He aprendido a esperar, pensó, ya sólo encuentro sentido a la espera. Y sin embargo es ahora cuando todo se precipita.
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La ciudad de los prodigios de Eduardo Mendoza
Yo creía que siendo malo tendría el mundo en mis manos y sin embargo me equivocaba: el mundo es peor que yo.
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El asombroso viaje de Pomponio Flato de Eduardo Mendoza
¿Y qué es la verdad? Unas veces, lo contrario de la mentira; otras veces, lo contrario del silencio.
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El año del diluvio de Eduardo Mendoza
Es curioso ver cómo en un pueblo donde tanta curiosidad despierta la vida privada del vecino, despierta tan poco interés la situación real de las personas.
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Sin noticias de Gurb de Eduardo Mendoza
Nos recuerda que esta vida no es más que un valle de lágrimas de alto standing. A medio sermón se le desprende la barba postiza, que arroja a la papelera.
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La ciudad de los prodigios de Eduardo Mendoza
Los hombres rara vez se explican y cuando lo hacen, lo hacen mal.
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La ciudad de los prodigios de Eduardo Mendoza
admitió una culpabilidad que hasta cierto punto era suya, porque a esas alturas odiaba a todo ser humano y habría matado indiscriminadamente si hubiera tenido la oportunidad de hacerlo.
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El rey recibe de Eduardo Mendoza
Conforme le escuchaba me invadía la tristeza. Sus teorías eras extremadas, incluso absurdas, pero en su modo de pensar y de actuar había renovación y riesgo. En el mío, por el contrario, sólo había conformismo y sumisión.
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Teatro reunido de Eduardo Mendoza
...llegaron al pie de una montaña y Moisés dijo: esperadme, que ahora vuelvo. Subió a la montaña y allí esta Él, y le dio la lista de los mandamientos escrita en unas piedras. El camino era malo y Moisés iba dando tumbos. Y cuando llegó al valle, se encontró que su pueblo había hecho un becerro de oro y estaban todos bailando y pasándolo bien. Entonces Moisés lanzó las piedras contra una roca y las hizo añicos. Y a partir de aquel momento ya no hubo más ley..., sólo reglamentos y jurisprudencia.
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El asombroso viaje de Pomponio Flato de Eduardo Mendoza
Que los dioses te guarden, Fabio, de esta plaga, pues de todas las formas de purificar el cuerpo que el hado nos envía, la diarrea es la más pertinaz y diligente.
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¿Con qué frase empieza esta novela?