Los zombis nunca han sido de mis criaturas favoritas, pero el título de esta novela me llamó tanto la atención, que decidí darle una oportunidad. ¡Y suerte que lo hice! Es una de esas obras en las que lo importante es disfrutar del viaje. A pesar de que a priori parece no ser la más trepidante de las tramas, esta va avanzando a buen ritmo y, mirándolo en retrospectiva, la verdad es que no son precisamente pocas las cosas que pasan. Sin entrar en muchos detalles, pues merece la pena ir avanzando por estas páginas sin saber demasiado y dejándose impresionar, sí voy a decir que se trata de una historia lineal que empieza a raíz de un acontecimiento que pone patas arriba la vida de Alexis, nuestro principal protagonista. Este hecho será el desencadenante del inicio de su viaje, a lo largo del cual recorrerá gran parte de España y permitirá ampliar el elenco de personajes, tomando estos papeles con más o menos relevancia. Centrándonos en los personajes, estos han sido, para mí, el mayor punto fuerte de la novela. Personajes reales, con personalidades únicas y con sus no pocas imperfecciones que se enfrentan a todo lo que se les pone por delante, lo que les hace crecer, aprender y evolucionar. No son personajes estáticos y el lector los va acompañando a lo largo de su transformación, lo que favorece el establecer con ellos una conexión, un vínculo. Pero no es este el único gran pilar de la obra, pues su cuidada ambientación juega también una importante baza en el éxito del libro. Al transcurrir en diferentes localizaciones, resulta sencillo que el lector conozca por lo menos una de ellas, lo que favorece la inmersión en la historia. Viajamos por lugares reconocibles pero en un contexto apocalíptico que, a pesar de que los transforma, los hace mantener su esencia. Y aunque son varias las cosas que podría destacar, como el precioso estilo del autor y la manera en la que con este logra transmitir tantas emociones, para no extenderme demasiado voy a acabar con una mención especial al final. Un desenlace diferente, que rompe un poco con lo esperado en una novela de esta temática, y que no solo se centra en darle una resolución al conflicto que asola al mundo, sino que prioriza el cierre de las historias de los diferentes personajes. Hecho que deja claro que estos han sido siempre los verdaderos protagonistas de la obra, siendo los zombis un elemento más del conjunto, pero no el primordial. Le tengáis más o menos estima a los zombis, si os gustan las novelas de aventuras, que narran un gran viaje, con ambientación postapocalíptica, que desprenden ese aura decadente y que muestran lo mejor y lo peor del ser humano, estoy segura de que disfrutaréis de La mala costumbre de morir. + Leer más |