Historia de dos ciudades de Charles Dickens
Ahora sabemos la lucha que habéis sostenido, conocemos lo que debisteis de sufrir cuando descubristeis el nombre de mi familia, y comprendemos la antipatía instintiva que sentíais en un principio y que vencisteis. Os damos las gracias de todo corazón y os amamos como nunca. ¡Dios os guarde y proteja!
|