Yumi y el pintor de pesadillas de Brandon Sanderson
[...] es difícil mantener el rumbo entre el recuerdo de lo que fuimos y la realidad de aquello en lo que nos hemos transformado.
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Yumi y el pintor de pesadillas de Brandon Sanderson
[...] es difícil mantener el rumbo entre el recuerdo de lo que fuimos y la realidad de aquello en lo que nos hemos transformado.
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Yumi y el pintor de pesadillas de Brandon Sanderson
Se dice que todo lo que comes, hasta el aire que respiras, se transforma en parte de ti. Los ejes que componen la materia que ingieres pasan a componerte a ti. Yo, sin embargo, opino que los momentos que absorbemos en nuestra alma como recuerdos son mucho más importantes que lo que comemos. Necesitamos esos momentos tanto como el aire, y permanecen con nosotros. Potentes. Sí, una persona es más que sus experiencias, apiladas como piedras. Pero nuestros mejores momentos son la base en que nos apoyamos para tratar de alcanzar el cielo. |
Yumi y el pintor de pesadillas de Brandon Sanderson
La energía de una feria es la gente. La emoción se vierte. Fluye como en ríos. Si preguntáis a cualquier feriante, todos coincidirán en que existe una corriente de frenesí en las ferias. Sí, es completamente artificial. También lo es la electricidad que alimenta una bombilla. Ser artificial no significa que algo no sea genuino: solo significa que tiene un propósito. Es esa energía de la emoción lo que las ferias aprovechan, devoran, explotan. Y por mucho que la gente las llame estafas o chanchullos, no son nada de eso. Vamos a ellas para que se nos explote. Forma parte de su encanto. Mientras uno está allí, entre la vertiginosa sobrecarga de luces, conversaciones, entusiasmo, suelos pegadizos y gente amontonada, siente que por fuerza tiene que haber energía más que suficiente para todo el mundo. La euforia humana es un recurso renovable. Y puede generarse a base de peluches cutres y fritangas. |
Yumi y el pintor de pesadillas de Brandon Sanderson
—Miras fijamente —dijo ella. Él era pintor. No poeta. Pero de algún modo encontró las palabras correctas. —Solo miro fijamente —respondió— cuando veo algo demasiado hermoso para que mis ojos lo absorban de una vez. |
Yumi y el pintor de pesadillas de Brandon Sanderson
—¿Estás bien? —le preguntó Pintor. —¡Es lo peor que he hecho en la vida! —exclamó ella, lanzando las manos al aire—. ¡Ha sido maravilloso! —Chica —dijo él—, de verdad que tienes que salir más. —¡Eso intento! —respondió ella, con una sonrisa incontrolable. Entonces juntó los brazos bajo la barbilla y se le ensancharon aún más los ojos—. Podríamos huir. Escapar juntos. Recorrer el ancho mundo, como en las historias que me contaba Samjae… —En general —dijo Pintor con una sonrisa mordaz—, prefiero tener al menos una cita con una chica antes de fugarme con ella. Llámame tradicional. |
Yumi y el pintor de pesadillas de Brandon Sanderson
«A pesar de todo, ese sigue siendo mi instinto —pensó mientras oía comer a Pintor—. Sé que me han mentido, pero mi entrenamiento aguanta». Es un hecho deprimente. El abuso es una forma de cautiverio más efectiva que ninguna celda imaginable.
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Yumi y el pintor de pesadillas de Brandon Sanderson
—Estoy preparada para tus enseñanzas, maestro instructor —dijo con una profunda reverencia. —¿Me llamas así porque me molesta? —preguntó él. —Sí —dijo ella, inclinándose de nuevo. —¿Lo reconoces? —¿Por qué si no iba a llamarte cosas que no te gustan? —dijo Yumi—. En fin, pensaba que era evidente. Pintor meneó las manos y se sentó en su altar. —¿Chinchar a la gente no va contra el… código de las chicas espirituales, o lo que sea? —Tu mundo —dijo ella alzando la barbilla—, tus reglas. Y por lo que he visto, Pintor, chinchar a la gente viene a ser una religión para ti. [...] —No te entiendo —dijo— en absoluto. —Soy tu humilde discípula —afirmó ella con otra reverencia— en el complejo arte de la pintura. —Supongo que sí. —Y el arte aún más complejo de ser irritante. |
Yumi y el pintor de pesadillas de Brandon Sanderson
Las sonrisas, como la radiación, ganan potencia con la proximidad.
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Yumi y el pintor de pesadillas de Brandon Sanderson
Al contar historias, fingimos que es posible interpretar todo tipo de cosas a partir de una frente arrugada o una expresión fugaz. Nos sirve como atajo para describir un fenómeno real, pero en realidad es más complejo de lo que pretendemos hacer ver. Cuanto más tiempo pasas con una persona, mejor la conoces. Pero, aparte de los detalles obvios como descubrir qué cosas le gusta comer, interiorizamos la forma en que esa persona concreta reacciona. Su forma de expresar preocupación. En algunas personas es el arquetípico ceño fruncido. En otras es cómo se queda pensativa, cómo se resiste a cruzar la mirada contigo. Es más que los ojos, más que la postura, más que el ceño. Los seres humanos con fardos de emoción que manejan los músculos como una marioneta. Expresamos esa emoción no solo con el cuerpo, sino con nuestra misma alma. |
Yumi y el pintor de pesadillas de Brandon Sanderson
Diseño se inclinó más hacia Yumi y le habló en tono conspirativo. —No creo que Nikaro prestara mucha atención a las cosas que decía. Pero tiene la excusa de que siempre está mirándome el culo. Pintor se sonrojó cosa mala. —¿Y esa es mi excusa? —Claro —dijo Diseño, volviéndose—. Es una explicación sincera. En fin, es un culo espectacular, ¿a que sí? —No creía que te dieras cuenta de que… miraba —dijo Pintor, flaqueando. —Chaval, las mujeres siempre nos damos cuenta. Solo hace unos años que lo soy y hasta yo lo sé. |
Yumi y el pintor de pesadillas de Brandon Sanderson
Sabía que debería enorgullecerse de lo que había logrado, como haría casi cualquier otra persona. Pero solo se notaba… cansada. Y culpable por no sentir las emociones adecuadas. Y más cansada, porque esa clase de culpabilidad es una carga enorme. Más pesada que las piedras que había movido. Entonces se sintió avergonzada. Porque la culpabilidad tiene muchísimos amigos y guarda sus direcciones a mano para llamarlos en cualquier momento. |
Yumi y el pintor de pesadillas de Brandon Sanderson
Cada yoki-haijo entrenaba para dominar un arte antiguo y poderoso. Una destreza deliberada y extraordinaria que requería una sinergia absoluta de cuerpo y mente. Una reorganización geológica a microescala que exigía una fina comprensión del equilibrio gravitacional. En otras palabras, apilaban piedras. |
Yumi y el pintor de pesadillas de Brandon Sanderson
Es aterrador cómo se transforman las pesadillas. Me refiero a las pesadillas normales, no a las que se pintan. A los sueños terroríficos, a cómo cambian. Cómo evolucionan. Ya es bastante horrible encontrarte con algo que da miedo estando en vela, pero al menos esos horrores mortales tienen una forma, una sustancia. Aquello que tiene forma puede comprenderse. Aquello que tiene masa puede destruirse. Las pesadillas son un terror fluido. En el mismo instante volátil en que le pillas el truco a una, va y cambia. Rellena los recovecos del alma igual que el agua derramada cubre las grietas del suelo. Las pesadillas son una gelidez supurante creada por la mente para castigarse a sí misma. En ese aspecto, una pesadilla es la viva definición del masoquismo. La mayoría somos lo bastante discretos como para mantener esa clase de cosas apartada, oculta. |
Brandon Sanderson
Forma carnal mansa, para compartir el amor, dada a la vida, nos trae furor. Para encontrar esta forma, hay que preocuparse. La verdadera empatía debe emplearse. |
Escuadrón Cielo de Brandon Sanderson
Éramos pilotos. Éramos lo único que se interponía entre los últimos reductos de nuestra especie y la extinción total.
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Escuadrón Cielo de Brandon Sanderson
Era posible convencer a un preso de que vivía en el paraíso, si la cárcel era lo bastante bonita.
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Escuadrón Cielo de Brandon Sanderson
Que solo fingía mantener el control, que nunca había sabido lo que estaba haciendo, que era demasiado incompetente para ponerme al mando de nada y que estaba fracasando en todo.
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Escuadrón Cielo de Brandon Sanderson
Solo es capaz de ver la paz, solo ve la sociedad perfecta. ¡Pero no ve el precio!
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El camino de los Reyes de Brandon Sanderson
Estaba protegiendo. Estaba salvando. Sin embargo, mataba. ¿Cómo podía algo tan terrible ser tan hermoso al mismo tiempo?
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¿En que año nació Marcel Proust?