Del amor y otros demonios de Gabriel García Márquez
Tenga cuidado, a veces atribuimos al demonio ciertas cosas que entendemos, sin pensar que pueden ser cosas que no entendemos de Dios.
|
Del amor y otros demonios de Gabriel García Márquez
Tenga cuidado, a veces atribuimos al demonio ciertas cosas que entendemos, sin pensar que pueden ser cosas que no entendemos de Dios.
|
Del amor y otros demonios de Gabriel García Márquez
Cuanto más transparente es la escritura más se ve la poesía
|
Del amor y otros demonios de Gabriel García Márquez
No hay medicina que cure lo que no cura la felicidad
|
El coronel no tiene quien le escriba de Gabriel García Márquez
Varias veces he puesto a hervir piedras para que los vecinos no sepan que tenemos muchos días de no poner la olla.
|
Cien años de soledad de Gabriel García Márquez
Es como si el tiempo diera vueltas en redondo y hubiéramos vuelto al principio.
|
Del amor y otros demonios de Gabriel García Márquez
«No podemos intervenir en la rotación de la tierra» dijo Delaura. «Pero podríamos ignorarla para que no nos duela», dijo el Obispo. «Más que la fe, lo que a Galileo le faltaba era corazón» |
Cien años de soledad de Gabriel García Márquez
no imaginaba que era más fácil empezar una guerra que terminarla.
|
El coronel no tiene quien le escriba de Gabriel García Márquez
La ingratitud humana no tiene límites.
|
El coronel no tiene quien le escriba de Gabriel García Márquez
Lo peor de la mala situación es que lo obliga a uno a decir mentiras.
|
|
El coronel no tiene quien le escriba de Gabriel García Márquez
Para los europeos América del Sur es un hombre de bigotes, con una guitarra y con un revólver.
|
|
Memoria de mis putas tristes de Gabriel García Márquez
Cuidado, sabio, en esta casa matan. Le contesté: Si es por amor no importa
|
|
|
Gabriel García Márquez
se quedó vagando por el desierto de la soledad, sin cruces a cuestas, madurándose en sus sueños sin pesadillas, en sus baños interminables, en sus comidas sin horarios, en sus ojos y prolongados silencios sin recuerdos
|
Relato de un náufrago de Gabriel García Márquez
No sentía sed ni hambre. No sentía nada, aparte de una indeferencia general por la vida y la muerte. Pensé que me estaba muriendo. Y esa idea me llenó de una extraña y oscura esperanza
|
Relato de un náufrago de Gabriel García Márquez
Se me pregunta cómo se siente un héroe. Nunca sé qué responder. Por mi parte, yo me siento lo mismo que antes. No he cambiado ni por dentro ni por fuera. Las quemaduras del sol han dejado de dolerme. La herida de la rodilla se ha cicatrizado. Soy otra vez Luis Alejandro Velasco. Y con eso me basta. Quien ha cambiado es la gente. Mis amigos son ahora más amigos que antes. Y me imagino también que mis enemigos son más enemigos, aunque no creo tenerlos. Cuando alguien me reconoce en la calle se queda mirándome como a un animal raro. Por eso visto de civil, hasta cuando a la gente se le olvide que estuve diez días sin comer ni beber en una balsa. |
Cien años de soledad de Gabriel García Márquez
Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo.
|
Doce cuentos peregrinos de Gabriel García Márquez
-La palabra mestizaje significa mezclar las lágrimas con la sangre que corre. ¿Qué puede esperarse de semejante brebaje?
|
¿Con qué frase empieza esta novela?