Oliver siempre ha sido un romántico, un idealista de tomo y lomo. Vive en un mundo que no se corresponde con sus conceptos sobre el bien y el mal, así que normalmente opta por encerrarse en sí mismo. Cree que si levanta una barrera invisible a su alrededor no habrá nada que pueda hacerle daño. Se dedica a soñar despierto, a fantasear.... Por desgracia se ha dado cuenta de que en la vida real no existe el amor que suele aparecer en las novelas, así que hace unos cuantos años decidió dejar de buscarlo.
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