"Bajo la luna de Sídney" es una historia adictiva que engancha desde la primera página por sus emociones intensas, su salseo y su maravillosa ambientación. Daniela llega a Sídney con muchas ganas de empezar una nueva vida y un nuevo trabajo como veterinaria en Australia. Deja en España a su familia, a la que está muy unida, sus amigas y un gran desengaño amoroso, su relación con Hugo no terminó del mejor modo. Cuando llega a Sídney empezará a vivir un montón de momentos llenos de emoción, conocerá a personas de lo más interesantes y poco a poco irá descubriendo una ciudad que la va a hacer tener unas semanas muy intensas. Como os digo, la historia empieza en cuanto Daniela aterriza en su nuevo hogar y es que enseguida empieza a vivir experiencias y a conocer a gente muy diversa. Sus compañeros de piso, sus colegas del trabajo y las diferentes personas que irá conociendo harán que viva sensaciones muy intensas. En esta historia encontramos mucho salseo, mucha atracción sexual y giros que nos mantendrán en vilo. Daniela vivirá muchas situaciones que nos van a hacer sentir mucho, tendrá cosas muy buenas y conocerá a gente maravillosa, pero también vivirá momentos negativos. Todo esto le da un cariz de realidad que hace que sea muy fácil meterse en la historia. Al personaje que mejor conocemos es a Daniela, una joven valiente y decidida que intenta superar un desamor. Veremos como volverá a sentir el enamoramiento y la ilusión cuando empieza a gustarle alguien, pero los recuerdos del pasado seguirán presentes. Los personajes secundarios son perfectos para representar diferentes puntos: el primer amor, la amistad, los celos, la envidia... El final del libro nos deja con unas tremendas ganas de continuar con la historia y es que la autora nos deja un misterio sobre el que ha ido soltando detalles pero no se revela con el cierre del libro. Es sin duda una forma de crear mucha necesidad por su continuación y yo ya estoy deseando leerla. La ambientación es otro factor a tener en cuenta. La autora nos traslada hasta Sídney y consigue llevarnos por sus calles como si nosotros estuviéramos recorriendo la ciudad por nuestro propio pie. Transmite, además, a la perfección la sensación de estar tan lejos de casa y de, poco a poco, ir creando un segundo hogar. + Leer más |