Conocer a una niña en tan pocas páginas tan a fondo es un mérito a reconocer. No sólo lo vivido sino como se enfrenta a lo que tiene que pasar y viene por delante. Sin querer ser cobarde, con las ganas de un niño de pelear y la madurez de un adulto para enfrentarse a todo y a todos. Muy bien escrito, consigue unirte a esa pequeña y sufrir su momento queriendo ayudarla, y haciéndote sentir orgulloso de como una pequeña puede hacerse mayor de golpe. Entiendes la historia a través de ella, entiendes porque está en esa situación y sobre todo entiendes cada sentimiento que pasa por su cabeza. Empatizar con ella es vivir la historia en primera persona y a mi me ha encantado, aún siendo una historia dura. Sin duda volveré a leer al autor en sus próximos escritos. Comienza con la imagen de una niña en la ventana de su casa simulando tener una escopeta a mano. ¿Qué hace una niña vigilando la casa así? Con su madre postrada a su lado, víctima de un ataque que aún no puede ni comprender su hija. Con un hermano que un día decidió marcharse y un padre que murió a manos de una panda de cobardes. + Leer más |