Violet es hija y hermana de jinetes de dragón. Sin embargo, ella aspira a llevar una vida tranquila en el Cuadrante de Escribas, tal y como lo hizo su padre antes de morir, y es para lo que se ha preparado todos estos años. Pero la general Sorrengail no va a permitir que su hija menor deshonre su apellido encerrada en los Archivos, por lo que la inscribe a traición como "voluntaria" para ser jinete. Violet no tiene más alternativa que prepararse, pues nadie contradice a su madre, pero es consciente de que un entrenamiento de seis meses no va a ser suficiente para sobrevivir en el Cuadrante de Jinetes, y menos cuando tiene que combatir contra personas más preparadas que ella que se han formado prácticamente desde la cuna. Ella es frágil y pequeña, un objetivo para el resto de cadetes del Colegio de Guerra de Basgiath y más aún para los dragones, quienes no se vinculan con humanos que no están a su altura. Violet lo tiene todo en su contra para sobrevivir, sobre todo cuando tantos alumnos quiere matarla: por ser la más débil y por ser la hija de la general Sorrengail. Esto la convertirá en un blanco fácil, especialmente para Xaden Riorson, uno de los jinetes más poderosos de su promoción y de entre los líderes del Cuadrante de Jinetes. Su padre, Fen Riorson, fue asesinado por la madre de Violet por pertenecer a la Rebelión y ahora él quiere cobrarse venganza arrebatándole a la general a su hija. Violet no ha sido preparada para ser jinete... y aun así, ha nacido para ello.
Alas de sangre se ha convertido en un fenómeno de masas desde su publicación. Nos guste más o menos, Rebecca Yarros ha conseguido dar con la tecla del romantasy (término tan de moda últimamente) y mezclarlo con una aventura épica con dragones, una combinación que ha salido muy bien a juzgar por el fenómeno fan (uno tan potente como en su momento lo fue el de Crepúsculo, Los juegos del hambre o Harry Potter). Hay lectores que aseguran que esta obra les ha cambiado la vida y que es la mejor fantasía que han leído nunca; en cambio, otros alaban sus defectos aludiendo a su pésima calidad literaria. En mi caso, ya os adelanto que estoy a medio camino, pues me ha gustado y entiendo por qué hay tanta gente fascinada con esta saga, al tiempo que tengo que admitir que es un libro mediocre. Pero vamos por partes.
En Navarre, la sociedad se divide en cuatro cuadrantes: Escribas (se encargan de cuidar los Archivos y de ser los guardianes de la información y de la historia), Jinetes (se vinculan a los dragones y luchan para mantener la paz), Infantería (trabajan como apoyo de los jinetes) y Curanderos (mantienen de una pieza a todos los demás). Violet siempre ha querido seguir los pasos de su padre y ser escriba, un trabajo que le gusta y para el que se ha formado. Sin embargo, su madre, una general muy influyente, no va a permitir que su hija menor no siga la tradición familiar de ser jinete, por lo que sin su consentimiento la inscribe en el Colegio de Guerra de Basgiath, donde ella es general y se formaron sus dos hermanos mayores, Mira y Brennan (este último fallecido en combate durante la Rebelión). Este colegio es famoso por sus pruebas despiadadas y mortales, pues solo los más fuertes pueden llegar al final y ser dignos de ser elegidos por un dragón; aunque ni siquiera superar con éxito este duro entrenamiento les garantiza que un dragón les escoja.
Violet Sorrengail es consciente de que parte con desventaja, sobre todo porque tiene que luchar contra cadetes que han sido entrenados prácticamente desde sus primeros pasos. Ella es de constitución pequeña y frágil y su única ventaja es su velocidad y su inteligencia, habilidades que explotará para intentar destacar y vivir. Ha tenido solo seis meses para aprender a defenderse, a luchar y cómo funciona el Colegio de Guerra, pero aun así, consigue sobrevivir al parapeto, la primera prueba. Esta consiste en un puente de piedra suspendido en el abismo, la única entrada al colegio por la que se puede acceder si no cuentas con un dragón. Es de una longitud considerable y tan estrecho que la única forma de cruzarlo es poniendo un pie delante de otro, ya que no hay espacio para caminar con comodidad. Por supuesto, no cuenta con ningún tipo de barandilla ni sujeción, es resbaladizo debido a la humedad y dada su posición, suele ser azotado por fuertes vientos. Un paso en falso hará que los cadetes mueran irremediablemente y por eso el parapeto supone la primera criba para que solo los jinetes que merecen la pena puedan ganarse su plaza en el colegio. Contra todo pronóstico, logra llegar al otro lado ilesa y dispuesta a iniciarse como jinete. Violet es un personaje que me ha gustado mucho como protagonista, sobre todo porque ha sido consistente. Es decir, desde el principio la autora remarca su inferioridad física, lo que hace que parta en desigualdad de condiciones y la convierte en el eslabón más débil de su ala (los diferentes grupos en los que se dividen los cadetes) y eso no cambia a lo largo del libro. No sucede, como en otras novelas, que de la noche a la mañana se convierta en la mejor, en la más fuerte y en alguien imprescindible y poderosa. al contrario, deberá esforzarse el doble que sus compañeros para dar la talla y demostrar que puede ser tan válida como el resto y eso es algo que he valorado mucho, ya que me parece un desarrollo de personaje coherente y, aunque sí que es verdad que a base de entrenar y tener que pasar diferentes pruebas (a cada cuál más difícil) va ganando resistencia, musculatura, habilidad y confianza en sí misma, sigue siendo de articulaciones débiles y un blanco relativamente fácil, aunque pueda oponer más resistencia y su velocidad con las dagas sea suficiente para defenderse. Como contrapunto, algo que no me ha convencido es su inteligencia. A lo largo de la novela, la autora recurre mucho a su astucia y la gente de su alrededor la considera muy inteligente, pero yo no siento que lo demuestre. Es cierto que tiene algunos momentos donde puede considerársela como tal, pero lo único que hace realmente es deducir ciertas cosas con la información que tiene, cosas que incluso nosotros como lectores ya hemos deducido antes que ella, por lo que no me parece un personaje que destaque por esta cualidad; al contrario, me parecía bastante normalita en este aspecto y me molestaba que todos se asombraran por su supuesta inteligencia, porque más que decir algo a favor de Violet, hacía parecer al resto idiotas.
Siguiendo con sus habilidades, una cosa que sí que no me ha gustado (y que se contradice con el desarrollo coherente del personaje que he comentado) es el tema de los poderes.
Cuando un dragón decide vincularse a un jinete, la magia del dragón se canaliza a través de un Sello, el cual le permite al jinete controlar algún elemento u otro tipo de magia que usan en combate. Como era previsible, Violet recibe un Sello muy poderoso, un tipo de magia que hacía cientos de años que no se veía en ningún jinete y que automáticamente la convierte en una de las combatientes más valiosas. Es lo que yo llamo el síndrome de Feyre: protagonistas femeninas que son normales y corrientes, pero que llega un punto en el que se vuelven las mejores, las más poderosas, las más imprescindibles. Es cierto que Violet no es capaz de controlar sus nuevas capacidades y tiene que ser entrenada individualmente para poder usarlo con ciertas garantías, pero me habría gustado que esa "inferioridad" que hay en ella desde el principio se vaya resolviendo de forma orgánica a lo largo de la novela, no incluyendo clichés que la vuelvan imprescindible no por méritos propios, sino por conveniencia de la trama. Esto ocurre también con el dragón que decide vincularse a ella, Tairn, que, como era de esperar, es uno de los dragones más poderosos que existen y que llevaba años sin querer a ningún jinete.
En el caso de Xaden Riorson, el protagonista masculino, es el cliché personificado. de apariencia ruda e increíblemente sexy (musculoso, aire salvaje, tatuajes, el mejor en su campo, buen guerrero...), tiene un pasado traumático que le convierte en quien es. Por suerte, empezamos el libro conociendo su historia (al menos la autora tiene la decencia de no añadirle también el tópico de la protagonista teniendo que averiguar qué le atormenta) y desde el principio empatizamos con él y con su pérdida. Su padre perteneció a la Rebelión, un grupo de jinetes de dragón que estaban en contra del gobierno de Navarre y de cómo estaban manejando la guerra en contra de los grifos, lo que causó que fueran arrestados y condenados a muerte. Los hijos de estos rebeldes fueron obligados no solo a ver cómo sus padres morían, sino a servir a ese sistema contra el que ellos se habían alzado, convirtiéndose así en jinetes de dragón a la fuerza y siendo marcados como ganado con la reliquia de la rebelión. Concretamente, fue la madre de Violet quien mató al padre de Xaden, lo que explica por qué la odia y quiere verla muerta (aunque no lo justifica dado que ella no tiene la culpa de lo que su madre haga o deje de hacer). Desde los primeros capítulos es evidente que Xaden será el interés amoroso de Violet (y la autora lo deja bien clarito cuando Mira, su hermana mayor, le advierte a Violet sobre él y le pide por favor que no se le acerque. Además, el hecho de que Violet lo primero que piense al verle es lo guapo que es, lo corrobora) y que la relación entre ambos será un enemies to lovers. Xaden es un personaje que, a pesar de ser el estándar de tío malote que tanto se lleva en juvenil últimamente, me ha gustado. Es un personaje interesante, complejo, coherente con sus ideas y quien, por mucho que odie a las Sorrengail, entiende que Violet solo es un peón más en todo este juego. Desde el principio sentirá una fijación por ella (aunque intente disimularlo), y la tratará como una igual a pesar de su inferioridad con respecto al resto de cadetes. La enseña a defenderse y la protege lo justo y necesario, dejando que sea Violet siempre la que luche por sí misma y quien se supere una y otra vez para estar a la altura. Xaden es como cuando un padre agarra momentáneamente el sillín de tu bicicleta cuando estás aprendiendo a montar, pero solo para que arranques y luego lo suelta mientras vigila que no te caigas.
Por el contrario, Dain Aetos sería más bien las ruedas extra de la bicicleta. Es el mejor amigo de Violet y se conocen desde que son pequeños. En cuanto ve a Violet en el Colegio, se sorprende, dado que él la hacía pasando las pruebas del Cuadrante de Escribas, y desde ese instante se impone como misión personal protegerla, pues él mejor que nadie conoce la crueldad del Cuadrante de Jinetes y está convencido de que no va a durar ni cinco minutos. Se pasa la primera parte de la novela tratando de convencerla de que contravenga las órdenes de su madre y se inscriba en el Archivo, y cuando por fin asume que Violet está donde quiere estar, hará todo lo posible por protegerla de cualquier peligro. Es un personaje bastante odiado por el fandom y aunque entiendo por qué, no lo comparto del todo. Sí, coincido en que Dain es excesivamente protector y le cuesta aceptar las decisiones de Violet. Pero hay que entender que para él, su mejor amiga está allí en contra de su voluntad por un deseo egoísta de su madre (lo cual es cierto, al menos al principio). No solo eso, sino que Violet no ha recibido formación previa a ingresar en la academia (los seis meses anteriores no son suficientes) y Dain sabe que es propensa a luxaciones, torceduras, roturas de músculos y huesos... por lo que es normal que esté preocupado por ella, y más cuando él ya sabe exactamente a lo que hay que enfrentarse para ser jinete. Estoy de acuerdo en que es sobreprotector y en que su actitud no va a ayudar a que Violet crezca como cadete, así como que no la escucha porque está más pendiente de tratarla como si fuera porcelana que de entender lo que ella realmente quiere y desea. Podría hacer las cosas mucho mejor, pero entiendo su actitud y sus motivaciones y confío en que será un personaje que tendrá un buen desarrollo y en que se convertirá en un gran apoyo para Violet, validando sus deseos y apoyándola cuando lo necesite. A pesar de sus comportamientos puntuales cuestionables (y que no han evitado que quisiera darle más de un guantazo).
Al resto de personajes, en cambio, les falta muchísimo desarrollo. de Mira, la hermana mayor de Violet, lo poco que sabemos es que es una jinete muy buena, protectora también con su hermana (más que en cuanto a su formación como cadete se refiere, lo es debido a la relación de esta con Xaden, de quien no se fía por motivos evidentes). Dado que Mira está de servicio y los estudiantes tienen prohibido comunicarse con sus familiares una vez entran en el colegio, es lógico que apenas sepamos mucho de este personaje. Pero la relación que tienen Mira y Violet me parece muy bonita y me gustaría que se explorara más a lo largo de la saga. de Brennan, el hermano mayor, sabemos todavía menos puesto que murió años atrás durante un ataque de la Rebelión. Él era un reparador, un tipo de sello muy preciado entre los jinetes pues era capaz de curar al instante sin dejar secuelas físicas, y también era uno de los mejores como combatiente. A las Sorrengail les cuesta mucho hablar de él y por eso sabemos lo justo y necesario. Violet conoce a Rhiannon en el parapeto y desde entonces se convierten en mejores amigas. Es carismática, extrovertida, fuerte y con una vida sexual activa (algo que a la autora le gusta recordar a menudo, pues uno de los lemas de la academia es que ya que puedes morir en cualquier momento, disfruta las noches tanto como puedas. También es cierto que, en el caso de Rhiannon, insiste tanto en este punto para que nos quede a los lectores cristalino que ella es bisexual). Es un gran apoyo para Violet, pero lo cierto es que está ahí por conveniencia de la trama. de hecho, ella y el resto de amigos de la protagonista (Ridoc, Sawyer, Imogen...) han sido creados más que nada porque el trabajo en equipo en este colegio es muy importante y, por lo tanto, Violet necesita interactuar con otra gente. Pero todos ellos son arquetipos con patas que tienen un nulo desarrollo (el gracioso, el sensato, la matona que luego es buena gente...). Entiendo que al tener un elenco de personajes relativamente amplio, no se le puede pedir a la autora que haga un desarrollo perfecto y complejo de todos ellos, pero sí que los podría haber perfilado un poco más para que no sirviera solo como "compañeros de". El que más destaca de todos ellos es Liam, amigo de Xaden a quien este le encarga vigilar a Violet después de diversos intentos de asesinato hacia su persona (curioso que la gente que critica a Dain por sobreprotegerla, le parezca estupendo que Xaden le ponga un guardaespaldas). al principio, ambos estarán juntos por pura obligación, pero a la fuerza de no despegarse ni con agua caliente, se harán muy buenos amigos. Liam es amable, comprensivo, sabe escuchar, protege con fiereza a sus amigos, es leal hasta la muerte y se le coge un cariño tremendo a lo largo de la novela. Es, junto con el trío protagonista, uno de los personajes más desarrollados y mejor trabajados. Para terminar con esta sección, destacar por último a Jack Barlowe, el Draco Malfoy de esta saga. Odia a Violet por ser la más débil y una carga y la odiará aún más cuando todos sus intentos de acabar con vida acaben frustrados. Es un personaje cegado por su odio irracional, que quiere ser el mejor en todos los aspectos y a quien le gusta pagar sus propios defectos con los demás.
Atendiendo al romance, este ha sido uno de los componentes que menos me ha fascinado. Si seguís mis reseñas, sabréis que el romance y yo no nos llevamos especialmente bien, pero no porque no me guste, sino porque, normalmente, no considero que esté bien construido. Para que disfrute de un romance, este tiene que tener sentido, ser realista y tener una evolución coherente, pero rara vez suelo toparme con uno de estos. Por supuesto, esta novela no ha sido la excepción. Para empezar, Yarros te deja claro desde el principio que Xaden va a ser el interés amoroso de Violet, más que nada porque en cuando lo ve comienza a babear por él, no puede dejar de prestarle atención y le lanza miraditas furtivas cada dos por tres. Además, para que sea más evidente aún, Mira advierte a Violet sobre Xaden, alegando que este odia a su madre por asesinar al padre de este último, y Violet se compromete a tener cuidado con él, cosa que tú como lector ya sabes que obviamente no va a suceder. Para continuar, mucho insistir en que Xaden quiere venganza, pero en ningún momento lo demuestra de forma contundente. Parece más bien el típico "me gustas, pero tengo que fingir que te odio", por lo que a mí personalmente no me dio sensación de que fueran enemigos realmente. Es bastante evidente que Xaden, sin importar lo que diga, siente un interés genuino por Violet, de ahí que la ayude con la excusa de "nadie puede hacerte daño excepto yo". No solo la parte de enemies está fatal trabajada, sino que la protagonista es un poquito intensa de más porque no para de resaltarnos las múltiples y atractivas cualidades del jinete. Por supuesto, Yarros incluye aquí el cliché de protagonista normalita se fija en chico potentorro y fortísimo, a quien la chica normalita no le parece tal, sino una belleza caída del cielo (como él mismo explicará más adelante). Aun así, he de decir que cuando por fin se forman como pareja, su relación mejora un poco, pero siguen siendo unos intensos que se prometen mutuamente arriesgar la vida por el otro, cuando tampoco es que hayan pasado tantísimo tiempo juntos como para que se conozcan de verdad y sin secretos. Sí que es verdad que he leído romances muchísimo peores, y este tampoco está tan mal, pero no he podido evitar poner los ojos en blancos de vez en cuando.
Siguiendo con las escenas de cama... he asumido que no voy a encontrar escenas de sexo decentes en libros de fantasía. de verdad, no entiendo qué les pasa a las autoras que cuando quieren describir un encuentro íntimo, las chicas adquieren una elasticidad inhumana en sus cuerpos (hasta el punto de parecer que pierden huesos en el proceso, según le convenga a la postura), los chicos tienen una fuerza bruta impresionante capaz de mantenerlas en el aire sin esfuerzo ninguno (es lo que tiene que todas las protagonistas sean pequeñas y delgadas, supongo) y sienten una necesidad enfermiza de mantener los diálogos más corta rollos del universo. Os prometo que las cosas que se dicen el uno al otro mientras están más calientes que una sartén me daban una vergüenza impresionante. A parte de lo mucho que me cansa que todo sea tan perfecto y estupendo, que los dos conozcan perfectamente el cuerpo del otro y que ambos sean "el mejor polvo" de la otra persona. Porque por supuesto todo tiene que ser épico en la fantasía, hasta el folleteo. Quizá soy muy quejica, pero es que me encantaría ver representadas relaciones sexuales realistas y que provoquen de verdad un cosquilleo al lector, en vez de estar visualizando las posturas en mi cabeza mientras me pregunto si ciertos movimientos son siquiera posibles.
En cuando a la construcción de mundo, he de decir que si bien tiene cierta complejidad, está fatal explicado. Para empezar, la autora mete una cantidad insultante de infodumping durante los primeros capítulos porque resulta que cuando Violet está nerviosa, lo único que le calma es recitar en voz alta todo lo que ha aprendido en el tiempo que estuvo estudiando con su padre en los Archivos. Como consecuencia, durante la primera prueba, el parapeto, Yarros se dedica a soltarnos la historia militar de Navarre casi al completo por boca de la protagonista mientras ella se esfuerza en no caerse por
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