No sé cómo vivir en un mundo en el que todos tienen razón y todos están equivocados.
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No sé cómo vivir en un mundo en el que todos tienen razón y todos están equivocados.
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-Que se lo lleve el diablo- expresó Lada, llena de furia y humillación. Durante todo ese tiempo Huyandi la había considerado solamente un vientre. ¿Cómo podía hacer que el mundo la viera como ella creía ser? -Y que se lleve también a su hijo-. Se frotó la frente con cansancio. Con razón había intentado dar órdenes a sus hombres. Posiblemente ya los veía comos suyos, algo así como una dota-. ¿Donde estamos exactamente?
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-Eres una mujer extraña. -Soy un dragón. |
Ella era un dragón, un príncipe y la única esperanza de que Valaquia progresara. Y estaba dispuesta a hacer lo que hiciera falta para alcanzar ese objetivo
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Ese día prescenció el costo real de las voluntades inamovibles de dos hombres. Observó lo que ocurría cuando obligaban a los hombres a luchar durante meses sin descanso alguno. No solo las enfermedades del cuerpo atormentaban los asedios, sino que las enfermedades del alma transformaban a los hombres en monstruos
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Era su gente, su nación y su trono. No necesitaba manquinaciones ni planes elaborados. Valaquia era su madre. Despúes de todo lo que había atravesado y todo lo que había hecho en pos de acceder al trono, le quedaba una única cosa: su persona. Ella era suficiente |
¡Constantinopla! Una vez más, la acecha el peligro. Quizás el más grande de todos. No podemos permitir que el corazón de cristiandad, de la Roma del pasado, caiga en manos de infieles. Si Constantinopla sucumbe a la plaga musulmana, ¿quién impedirá que se propague por todo el mundo?
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Pero, al observar la pequeña vida, se prometió a sí misma que haría eso por esta niña y por todas las demás valacas que estuvieran bajo su mando. Las transformaría a todas en mujeres fuertes |
Lada se preguntaba cómo sería saber que alguien te ama tanto como para aceptar todo lo que uno es. También se preguntó cómo sería ser esa persona que amaba tanto |
Era mejor ser soldado que mujer. Pero lo mejor de todo era ser príncipe |
Manolito ...