La salud mental es un tema que me interesa mucho, así que cuando conocí este ensayo despertó enseguida mi curiosidad. A través del relato en primera persona de Esmé Weijun Wang, escritora americana de origen taiwanés, conoceremos su experiencia tras ser diagnosticada de esquizofrenia, ocho años después de sufrir sus primeras alucinaciones. La autora intenta normalizar este tipo de problemáticas, dándole cierto grado de naturalidad, la enfermedad es parte de ella, como otra característica vital más, intenta que no defina su vida. El texto, nos muestra el duro proceso inicial de asimilación, el camino lleno de dudas, de contradictorios diagnósticos, de miedo ante la degeneración mental y física, un relato que abre los ojos ante una estigma con el que convive una parte relevante de la población. Importante también la dura crítica al sistema sanitario, hay capítulos que parecen sacados de una película de terror, en los que la autora muestra las duras condiciones que se viven en los centros de internamiento forzoso y hospitales. Y sobre todo da visibilidad, al duro papel de aquellos que acompañan al enfermo, que se ven inmersos en una bacanal de caos, miedo e incertidumbre. La autora pone también sobre la mesa, temas de preocupación común, desde la perspectiva de una enfermedad mental, como puede ser la maternidad frustrada por el miedo a legar a tus hijos el problema, o el eterno debate del posible componente fisiológico de la dolencia, que lo que pensamos que es locura, puede tener una explicación física racional no se valorada. También me ha resultado muy curiosa la relación entre enfermedad mental y mundo sobrenatural, pensamientos que enraízan fuertemente con el folklore y creencias sobrenaturales más tradicionales. A pesar de la interesante premisa, el ensayo se me ha hecho farragoso por veces, sobre todo al principio, donde no es más que una exposición técnica de la enfermedad, fármacos y terminologías, útil solo si formas parte del ramo sanitario. Tambien me ha dado la sensación de frialdad, no he llegado a empatizar con su protagonista, le ha faltado un poco de calor humano y cercanía. Aún así, una lectura necesaria y un tema del que nunca debería faltar visibilidad. + Leer más |