InicioMis librosAñadir libros
Descubrir
LibrosAutoresLectoresCríticasCitasListasTest
Las mejores frases de El libro vacío. Los años falsos (99)

Diem
Diem 09 December 2021
Me desespera no poder escribir más que con mi edad actual. Creo que algunas cosas sólo pueden escribirse con mano tersa, y la mía –la estoy viendo ahora mismo– tiene ya las arrugas y las manchas de mis años. Tengo miedo de traicionar al muchacho que fui. ¡Lo recuerdo tan bien! Lo siento temblar dentro de mí, limpio y brioso. Pero sé, por eso no puedo hacerlo, que al pretender hablar de él en este cuaderno tardío, escrito con mano de viejo, aparecerían mis años, mi tedio, mi pequeñez, y que aquel joven espléndido saldrá cubierto de mi ceniza y empañado por ella.
Y como no pude darle aliento; como lo ahogué dentro de mí; como poco a poco lo fui cubriendo con esta tierra caliza que ha sido mi vida; como sólo pude proporcionarle un sitio tibio, a cambio de los ardientes y variados que él deseaba, no quiero hablar de él, no puedo.
Pero también pienso que si no hablo de él, que ha sido lo mejor de mí, ¿de qué voy a hablar? ¿De éste que soy ahora? ¿De éste en que me he convertido? ¿De este hombre oscuro, liso, hundido en una angustia que no puedo aclarar ni justificar, porque los motivos que la provocan no son explicables?
Imagino que proviene de que en muchas ocasiones me siento profundamente solo.
+ Leer más
Comentar  Me gusta         40
Diem
Diem 08 December 2021
La dejé porque en el mundo hay varios mundos, y el suyo era tan inhabitable para mí como para ella el mío.
Comentar  Me gusta         30
Diem
Diem 07 December 2021
Y no era timidez. No; era avidez. Lo quería todo y no me resignaba a elegir, porque la elección significaba un corte al total anhelado. Ahora pienso que quizá, muy dentro de mí, presentía que después no iba a tener casi nada de lo que entonces deseaba con tanto ardor. Que tal vez me defendía de la mediocridad en que después iba a hundirme.
Pero ¿qué hacer? Sin notarlo, sin sentirlo casi, la vida me colocó en este primer peldaño del que ya no puedo pasar.
Comentar  Me gusta         30
Diem
Diem 06 December 2021
Y después las explicaciones, las excusas, la vigilancia sobre mí mismo para no dejarme caer en la necesidad de ser consolado y confesarle lo que no quiero confesar a nadie. Entonces me da miedo hablar. Quisiera que bastara con acercarme a ella y mirarla profundamente. ¡Las palabras! Las palabras que tienen que explicarse, que matizarse, que contestarse.
Comentar  Me gusta         30
Diem
Diem 05 December 2021
Me gustaría decirle:
–Te trato mal porque me molesta tu equilibrio, porque no puedo tolerar tu sencillez. Te trato mal porque detesto a las gentes que no son enemigas de sí mismas.
Pero… ¡cómo voy a decirle esto a quien vive sostenida por su propia armazón, alimentándose de su rectitud, del cumplimiento de su deber, de su digna y silenciosa servidumbre!
Comentar  Me gusta         30
Diem
Diem 09 December 2021
¿Por qué no puede brindarse a cualquiera, en su momento único, la frescura de una palabra, de un abrazo, de una pregunta?

No; todo lo guardamos para compartirlo, si acaso, con un reducidísimo número de seres humanos, como si los demás no existieran o fueran incapaces de entendernos y amarnos.

Camino por una calle cualquiera. Otros hombres pasan a mi lado. Ni los miro ni me miran. Somos iguales, pero extraños, tan lejanos como si no transitáramos por la misma calle, con el mismo paso y tal vez con el mismo pensamiento. Somos iguales y yo nunca sabré nada de ellos, ni su nombre siquiera. Es entonces cuando me siento extrañamente solo; pienso que los demás se sienten igual y me asalta un casi irresistible deseo de detener a alguien y pedirle con naturalidad y con mi tierno calor humano, ¿con qué cosa mejor?, que hablemos un rato.

¿Qué me impide hacerlo? ¿Qué timidez o qué dureza me detienen? ¿Qué frío paraliza mis manos tan dispuestas a tenderse y estrechar otra cualquiera, sin selección, sin premeditación ni antecedente? Pero no lo hago, no lo he podido hacer nunca. Y el impulso se me queda dentro, quieto, silencioso, sin atreverse a vivir, que es como morir antes de la hora.

Camino un poco más, dejo pasar todo. Apenas si miro de soslayo en torno mío. Y llego a mi casa con la sensación de un gran vacío que pudo llenarse con sólo decir una palabra o tender los brazos.

No es una forma de piedad, de conmiseración a los demás. Quiero que se entienda: es, por lo contrario, una avidez, un incontenible anhelo de hombres, de voces, de vidas.

Entonces me hundo en mí mismo. Pero yo soy para mí como un pequeño sitio visitado anteriormente, conocido, repasado, caminado hasta la última fatiga. No obstante, es allí, es a mí mismo a donde llego siempre y me detengo para hablar.
–Deberías haberle preguntado algo, cualquier cosa, a aquel hombre que parecía tan desdichado. Tal vez estaba solo; tal vez, como tú, tenía necesidad de hablar; deberías haberlo hecho; deberías hacerlo todos los días. Piénsalo, sería como viajar. Tú no viajarás nunca, José García. Tú no podrás decir dentro de algunos años: "eso me recuerda lo que vi una vez en tal lugar”. Pero sí podrás recordar: “... lo que me dijo tal día aquel hombre..."
+ Leer más
Comentar  Me gusta         20
Diem
Diem 08 December 2021
No supo nunca por qué la dejé. Me despedí con las palabras habituales. Lo distinto de aquel momento no lo percibió. Cierto que sólo fue una larga mirada, pero tan profunda, tan directa, y, no obstante, tan nostálgica ya, que no comprendo cómo no sintió que con ella trataba de guardarla para siempre en los ojos y que le estaba diciendo adiós, también para siempre.
Comentar  Me gusta         20
Diem
Diem 08 December 2021
Yo sabía que era culpable ante ella, pero creo que sólo los que han estado en una cárcel, encerrados en una celda estrecha y fría, pueden entender esa otra cárcel en la que, a pesar de que el cuerpo se desplaza, en realidad permanece fijo, atado a un deseo que no se desea sentir.
Comentar  Me gusta         20
Diem
Diem 04 December 2021
¿Para qué voy a emprender una batalla que quiero ganar, si de antemano sé que no emprendiéndola es como la gano?
Comentar  Me gusta         20
Diem
Diem 10 December 2021
No sabía si estaba yo ausente o si estaba muerto. No sabía si eso era la soledad o la nada. Como tenía que encontrar un sitio para mí, escogí tu caja, tu pedazo de tierra, tus gusanos, tus lagartijas y tu bugambilia. Como alguno de los dos tenía que proteger a tus mujeres, te representé en silencio. Como tenía que elegir entre la soledad y la nada, decidí ser mi propio compañero porque a nadie que no fuera yo mismo, o tú, podía permitirle que me acompañara.

(LAF)
Comentar  Me gusta         10




    Comprar este libro en papel, epub, pdf en

    Amazon ESAgapeaCasa del libro




    Test Ver más

    Escritores latinoamericanos ¿Quién es el autor?

    Como agua para chocolate

    Laura Esquivel
    Isabel Allende
    Gabriela Mistral

    15 preguntas
    135 lectores participarón
    Thèmes : literatura latinoamericanaCrear un test sobre este libro