El libro vacío. Los años falsos de Josefina Vicens
No supo nunca por qué la dejé. Me despedí con las palabras habituales. Lo distinto de aquel momento no lo percibió. Cierto que sólo fue una larga mirada, pero tan profunda, tan directa, y, no obstante, tan nostálgica ya, que no comprendo cómo no sintió que con ella trataba de guardarla para siempre en los ojos y que le estaba diciendo adiós, también para siempre.
|