Los libros eran, y serían siempre, algo digno de respeto y dotado de magia.
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Los libros eran, y serían siempre, algo digno de respeto y dotado de magia.
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El corazón se me ilumina en el pecho como una bombilla y brilla con más intensidad a cada movimiento de sus labios.
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He cambiado. Soy una persona nueva. Hoy es un día trascendental. Siempre recordaré este viaje de vuelta como si fuera un montaje de película, y yo soy consciente de que formo parte de él mientras se rueda. Cada detalle resulta vívido e intenso. Estoy segura de que algún día necesitaré estos recuerdos. |
Siempre he sospechado que la gente que nos rodea está ahí para enseñarnos algo. Y siempre he creído que la función de Josh era ponerme a prueba. Presionarme. Volverme más dura. Y así ha sido hasta cierto punto.
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Dime adónde vamos. —Vete al infierno. —Empiezo a reírme otra vez. —O sea, que es de ahí de donde vienes. —Cierra el pico. A la izquierda. |
Los libros eran, y serían siempre, algo digno de respeto y dotado de magia.
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El amor y el odio son viscerales. Ya solo de pensar en esa persona se te retuerce el estómago. El corazón te palpita con fuerza en el pecho: casi se te ve a través de la carne y la ropa. Pierdes el apetito y el sueño. Cada contacto con esa persona te llena la sangre de un tipo peligroso de adrenalina y te coloca al borde de una reacción radical: luchar o huir. Apenas conservas el dominio sobre tu cuerpo. Te consumes. Tienes miedo. El amor y el odio son versiones especulares del mismo juego; y tú has de ganar a toda costa. ¿Por qué? Por tu corazón y por tu ego. |
-Fresita. -Deja de llamarme Fresita. -Verte fingir odiar ese apodo es la mejor parte de mi día. |
La vida ha empezado a parecerme una gran oportunidad para convertir cada experiencia en un nuevo recuerdo
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No quiero nada que pueda significar perderte. No hay nada que valga tanto la pena.
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¿Con qué frase empieza esta novela?