Siempre he sospechado que la gente que nos rodea está ahí para enseñarnos algo.
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Siempre he sospechado que la gente que nos rodea está ahí para enseñarnos algo.
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«Tú siempre estás preciosa»
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Este es el chico que Mary Poppins me habría enviado.
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La luz y la alegría irradian ahora de él, haciendo que todos sus colores destellen como vitrales. |
Ninguno de los dos cerramos los ojos. Seguimos mirándonos como siempre, esta vez más de cerca que nunca. El iris de sus ojos tiene un cerco negro azulado. |
—¿De qué hablas, Joshua Templeman? —De Lucinda coqueteando con los mensajeros. Patético. |
Nuestras miradas chocan frontalmente. Es posible que lo de comparar sus ojos con una mancha de tinta haya sido excesivo. Pero la verdad es que estos ojos son un derroche en un tipo como él.
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No voy a volverme para mirar directamente, porque me pillará in fraganti. Siempre me pilla. Y entonces me ganaré una mirada ceñuda. |
Debería aclarar que el objetivo último de nuestros juegos es conseguir que el otro sonría, o se eche a llorar. O algo parecido. |
Yo prefiero sentarme con la gente y hablar las cosas cara a cara. Joshua, en cambio, funciona estrictamente por email. |
¿Cuál es el desayuno favorito de Eleven?